Jorge
Roberto Marquez Meruvia[1]
Conocemos por Bioy Casares que entre
los países que limita Uqbar se encuentra un país mediterráneo que perdió su
cualidad marítima por la visión de uno de sus vecinos e impulsados por uno de
sus más grandes políticos que se dio el lujo de organizar su república. Él como
todo gran visionario decía que “palos y bizcochuelos, justa y oportunamente
administrados, son los específicos con lo que se cura a cualquier pueblo, por
invertebradas que sean sus malas costumbres”. Este hombre ambicioso murió en
1837; sin embargo, su nación hizo caso de sus consejos y le arrebataron el
litoral a su vecino del norte. Desde esa guerra en 1879 el país fronterizo de
Uqbar perdió su cualidad marítima.
En The
Anglo-American Cyclopedia editada en la ciudad de Nueva York en el año 1917
mencionaban que los gobernantes del país fronterizo a Uqbar habían también aplicado
uno de sus decretos: “declaro que los espejos y la cópula son abominables,
porque multiplican el número de los hombres”. Los documentos que hablan del por
qué este país, del cual la historia no recuerda su nombre copio la ley de Uqbar
es la siguiente: 137 años después de haber perdido heroicamente (el heroísmo
para ellos es la muerte, el martirio, el morir por el simple hecho de derramar
su sangre por la tierra que los vio nacer), del Estado llano nació su redentor.
El mesías endógeno tal como lo mencionan documentos apócrifos realizo lo que él
llamaba “el proceso” con la sana intención de cambiar el mundo. Sus más leales
seguidores entre ellos su Jefe de Gabinete de nombre Benjamín Otálora y su mano
izquierda el débil Juan Dahlmann se empeñaba a tomar el puñal con las pocas
fuerzas que le quedaban para hacer de su sueño de la revolución una realidad.
Todos los que rodeaban a nuestro líder mesiánico le dijeron que su persona era
la reserva moral del mundo.
Desgraciadamente, y como todos
conocemos, las almas más bajas y viles sucumben de manera chabacana cuando el
poder los embriaga. Cuando tal suceso ocurrió y tal como menciona los
documentos encontrados por madame Henri Bachelier en un catálogo que aún causa
discusión, se menciona que los gobernantes que decían ser los redentores
seguían las viejas prácticas de esos gobiernos y partidos políticos que
denominaban anti-patrias. El Primer Ministro se vio envuelto junto con su Jefe
de Gabinete en un problema de faldas y con casos de corrupción y tráfico de
influencias con empresas del lejano oriente. Tal como mencionarían Armando C.,
Enrique F, y otros literatos clásicos una mujer sería la base de su desgracia,
de su descontrol, de su delirium tremens a base de unas hormonas que fueron
encontradas en el amazonas y que fueron regadas en esta particular patria.
Desde ese escándalo la cópula estuvo prohibida, ya que por un hijo que dio
erróneamente por muerto, el hombre que encarnaba la reserva moral del mundo
había perdido su derecho divino de gobernar su nación eternamente. Algo similar
paso con los espejos. Un día dos sastres de lejanas tierras que se llamaban Guido
y Luigi Farabutto ofrecieron a todo el gabinete de gobierno confeccionar ropa
que sería vista por gente exageradamente inteligente. Dahlmann fue el primero
que dijo ver la belleza de la tela y ánimo al mesías gobernante a que todo el
gabinete vistiera con esa tela tan hermosa. El temor a verse desnudos por los
no tan brillantes gobernantes termino cuando se prohibieron los espejos. La
población quedo atónita al ver a sus líderes desnudos y una marcha encabezada
por ciegos partió hacia palacio. Cuando llegaron unos 500 manifestantes no
pudieron pasar a la plaza principal ya que se encontraba cerrada como un gueto,
la borrachera de poder de los gobernantes los hacia ver vestidos con los más
bellos trajes y simplemente compartían sus migajas con aquellos que los
alababan y les seguían el juego.
Hasta donde la historia cuenta y
Treviranus un eximio investigador encontró que tras la borrachera de poder el
pueblo condeno: “el último acto de su fin
ha sido articulado”.
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