Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]
En junio de 1988
durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro los bolivianos vivimos el único
hecho de censura donde el aparato estatal cerró un medio de comunicación. La
Dirección General de Telecomunicaciones clausuró por un año a Radio y
Televisión Popular. Lo que desató el accionar del gobierno en ese entonces fue
un programa transmitido en vivo donde Roberto Suárez Gómez el “Rey de la cocaína”
acusó al presidente Paz de ser el “Virrey de la cocaína”. Ya pasaron 28 años de
la única censura a un medio de comunicación en el país en 35 años de democracia
ininterrumpida. Ahora en pleno siglo XXI el popular cantautor Fabio Zambrana
lidera una campaña de censura que pretende cerrar un programa de televisión de farándula,
ya que según su criterio es TV basura y destruye vidas. La campaña conocida por
la población se llama “Construir no destruir” tiene como fin sacar del aire al
programa “Divinas y famosos” que se transmite por una red local en Santa Cruz
de la Sierra.
La campaña liderada
por Facho Zambrana tiene un alto apoyo popular. Sin embargo, quienes lo apoyan
no logran comprender el peligro que corre la libertad de prensa, la libertad de
expresión y libertad de conciencia al seguir ciegamente al autodenominado líder
de la moral televisiva. Eso demuestra que gran parte de la sociedad boliviana
bajo la excusa de cuidar una sociedad conservadora que vale oro en realidad,
demuestra que la bolivianidad tiene una característica santurrona y mojigata.
Claro ejemplo de las actitudes mencionas es, que siendo Bolivia un Estado
laico, los feriados religiosos siguen siendo respetados y todas las
instituciones del Estado siguen sacando autos de buen gobierno y prohibiendo el
consumo de bebidas alcohólicas. Sabiendo que esas acciones son
inconstitucionales. Esto convierte a la sociedad boliviana en un rebaño que
tiene la necesidad de ser guiado por los gobernantes de turno. Se anula al
individuo y se fortalece la conducta gregaria.
Muchos entusiastas
seguidores de la utopía santurrona y mojigata de Facho Zambrana al parecer no
saben que la campaña no solamente es para sacar del aire un programa de farándula.
Al parecer desconocen que también es un pedido para que las autoridades
gubernamentales creen un ente regulador de la TV basura. Los bolivianos en su
conjunto parecen haber olvidado que el gobierno del presidente Morales Aima
tiene una campaña sistemática de persecución contra los medios de comunicación
independientes. La censura impuesta por el gobierno contra los medios la
conocemos como “cártel de la mentira” y recordemos la persecución a periodistas
que llegaron incluso al exilio. Andrés Gomes Vela y Gonzalo Rivera fueron
retirados de sus respectivos medios de comunicación al ser estos advertidos por
las autoridades que ya no iban a recibir propaganda estatal si estos
periodistas seguían trabajando en los mismos. La persecución a Amalia Pando y
el cierre de una de las radios en las cuales trabajaba. Llevaron a Humberto
Vacaflor a un tribunal ordinario cuando debería de haber sido juzgado por un
tribunal de imprenta y el exilio del periodista Carlos Valverde Bravo y el
director del Sol de Pando Wilson García Mérida. El apoyo de personajes de la
televisión hacia la causa de Facho Zambrana es la clara prueba que somos una
sociedad acrítica y que no tenemos la capacidad de ver al peligro cuando lo
tenemos muy cerca.
De llegar a tener
éxito Facho Zambrana en abrirle al gobierno la puerta grande de la censura de
los medios de comunicación, espero que periodistas, presentadores de televisión
y demás no vengan con lloriqueos y golpes de pecho suplicando el respeto por la
libertad de prensa y libertad de expresión, ya que en su momento no hicieron
nada, fueron complacientes y cómplices de la censura.
En caso de que éste
artículo vaya en contra del ídolo del pueblo y toque las fibras más sensibles de
los bolivianos, ya que creen que es una campaña en bien del futuro de sus hijos
y de las próximas generaciones, me declaro enemigo público número uno de la
bolivianidad por defender el bien supremo de la libertad.