martes, 21 de julio de 2015

Sobre la mirada crítica a la obra de René Zavaleta Mercado




Jorge Roberto Marquez Meruvia[1]

          El 5 de junio en la Feria internacional del libro de Santa Cruz de la Sierra tuve la suerte de comentar uno de los últimos libros de H. C. F. Mansilla: Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado. Tengo el honor de comentar esta obra en la Feria internacional del libro de La Paz el próximo 6 de agosto. Para quienes no conocen la obra de H. C. F. Mansilla en sus Memorias razonadas de un escritor perplejo, menciona que pertenece al bando de los perdedores (su familia perdió propiedades y renombre social tras la revolución de abril de 1952), estudio ciencias políticas en la Universidad libre de Berlín y a pedido de Max Horkheimer –a quien conoció personalmente- aplicando la teoría crítica estudia hace ya bastante tiempo América Latina y Bolivia.

En Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado, Mansilla nos dice: “Los escritos zavaleteanos deben su éxito, entre otros motivos, al hecho de que comparten los prejuicios de una buena parte de la población y apelan constantemente al memorial de agravios de la nación profunda. Estos pre-juicios colectivos contienen porciones dolorosas del propio pasado y, por ende, una representación de verdad indudable para la sociedad involucrada. El cuestionar estos pre-juicios significa poner en duda una especie de dogma nacional: una labor siempre mal vista”. Zavaleta Mercado un hombre apasionado utilizando los mitos más profundos de la bolivianidad como base de su obra, logro y logra tener gran estima de los sectores intelectuales y de la izquierda del país. “Los mitos, las leyendas y las tradiciones de amplio alcance nos liberan de la pesada carga que es pensar de manera crítica, responsable y autónoma. Para muchos la libertad política se asemeja a un lastre incómodo y amenazante; el adherirse a una ideología que lo explica casi todo (como muchos mitos fundacionales) es percibido como un merecido alivio.”

Para la mayoría de la población y siendo Zavaleta Mercado un intelectual con mucha estima en círculos intelectuales y de la izquierda nacional, su obra expresa sin ningún tipo de error los miedos y aspiraciones de gran parte de las masas. “… todo cuestionamiento de este mito es percibido como fastidioso, deshonesto y hasta peligroso.” Según H. C. F. Mansilla la obra de René Zavaleta Mercado es complicada-alambicada y barroca; ese estilo da a Zavaleta Mercado la fama de un pensador profundo y que entiende las fibras más sensibles de la patria. “Zavaleta no incurrió en ningún falseamiento de la historia boliviana, pero interpretó los hechos históricos (relativamente pocos y estos en forma reiterativa) de tal manera que los amoldó a una doctrina preconcebida: el nacionalismo con elementos socialistas.”

Hasta su muerte René Zavaleta Mercado creía de forma dogmática que el proletariado minero era la base de la revolución en Bolivia. Un proletariado minero que para la década del 80 del Siglo XX se encontraba en decadencia. Para finalizar, Mansilla menciona: “El mejor homenaje a un clásico es un tratamiento crítico de su obra, no uno celebratorio. Así se mantiene vivo su pensamiento.”



[1] Politólogo

viernes, 10 de julio de 2015

Una mirada crítica sobre la visita de Francisco



Jorge Roberto Marquez Meruvia[1]

          Bolivia tristemente es un país muy precario, prosaico y aburrido. La visita del Papa Francisco lo demuestra, claro ejemplo: el rol de los medios de comunicación. Después de tres días donde los medios no pararon de hablar de Francisco y sus reacciones; los periodistas (en especial de televisión) resultaron ser fervientes creyentes del credo católico y sin dudarlo ni un minuto, y guiados ciegamente por la emoción del momento, explicaron coincidencias mundanas como, por ejemplo: el clima, y los cielos despejados tanto en La Paz como en Santa Cruz de la Sierra se debían a la presencia de Francisco. También debemos recordar que un regalo del Presidente Morales Ayma causó revuelo por simple desconocimiento de los más conocidos y populares líderes de opinión, ni que decir de algunos políticos que se rasgaron las vestiduras. Sobre ese hecho Daniel Mercado, SJ nos dice algo muy importante: “Si Luis Espinal sobrevive en nuestra memoria no es para tranquilizar conciencias, darnos una palmada en el hombro mientras ante la injusticia preferimos mirar a otro lado. Su vida, escritos y arte, también el controvertido crucifijo, están ahí interpelándonos. Luis nos recordará siempre, una y otra vez, a todos los creyentes que «una religión que no tenga la valentía de hablar a favor del hombre, tampoco tiene derecho de hablar a favor de Dios».

Desgraciadamente, la ciencia tiene como principal característica la del escepticismo y a través del cual pretendo analizar la participación de su Santidad Francisco en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Sobre este particular encuentro, podemos mencionar que cimienta sus ideales sobre los laureados valores revolucionarios y en grandes mitos sobre la pobreza de sus pueblos. Los movimientos populares, cumplen una labor fundamental para los gobiernos populistas: son los pilares simbólicos y discursivos de estos regímenes. Obviamente, la presencia del Papa le dio a esta peculiar reunión un toque sagrado, la intervención de Francisco simplemente fue volver a poner en debate los cinco puntos importantes de la encíclica “Laudato Si”, los cuales son: el calentamiento global es real, ya que existe “un consenso científico sólido” y debemos tomar medidas al respecto; la destrucción del medio ambiente es el resultado de la actividad humana, que tiene como bases el “consumismo inmoral” y “la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser remplazada progresivamente y sin demora”; los países ricos tienen una “deuda ecológica” con los países pobres, explicando esto teniendo como base la teoría de la dependencia (centro ricos y periferias pobres) y al “concepto mágico del mercado”; insto a que el trabajo por el medio ambiente necesita de instituciones internacionales fuertes, “es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales”; presión a los líderes políticos y el sacrificio individual, “muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse en sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático”.

Tristemente, la participación de Francisco será utilizada por los aparatos de propaganda de los regímenes populistas para “mostrar” que el sentimiento de los pueblos y los gobiernos que encabezan este interminable e incansable proceso del cuidado de la madre tierra es respaldado por el vicario de Cristo y que tienen su bendición para seguir cambiando al mundo como lo hacen, o pretenden hacerlo. Como diría Joan Manuel Serrat: “Dios echó al hombre del Edén, por confundir lo que está bien con lo que le conviene”.     




[1] Politólogo

jueves, 9 de julio de 2015

Sobre la mirada crítica a la obra de René Zavaleta Mercado




Jorge Roberto Marquez Meruvia[1]

          El 5 de junio en la Feria internacional del libro de Santa Cruz de la Sierra tuve la suerte de comentar uno de los últimos libros de H. C. F. Mansilla: Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado. Tengo el honor de comentar esta obra en la Feria internacional del libro de La Paz el próximo 6 de agosto. Para quienes no conocen la obra de H. C. F. Mansilla en sus Memorias razonadas de un escritor perplejo, menciona que pertenece al bando de los perdedores (su familia perdió propiedades y renombre social tras la revolución de abril de 1952), estudio ciencias políticas en la Universidad libre de Berlín y a pedido de Max Horkheimer –a quien conoció personalmente- aplicando la teoría crítica estudia hace ya bastante tiempo América Latina y Bolivia.

En Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado, Mansilla nos dice: “Los escritos zavaleteanos deben su éxito, entre otros motivos, al hecho de que comparten los prejuicios de una buena parte de la población y apelan constantemente al memorial de agravios de la nación profunda. Estos pre-juicios colectivos contienen porciones dolorosas del propio pasado y, por ende, una representación de verdad indudable para la sociedad involucrada. El cuestionar estos pre-juicios significa poner en duda una especie de dogma nacional: una labor siempre mal vista”. Zavaleta Mercado un hombre apasionado utilizando los mitos más profundos de la bolivianidad como base de su obra, logro y logra tener gran estima de los sectores intelectuales y de la izquierda del país. “Los mitos, las leyendas y las tradiciones de amplio alcance nos liberan de la pesada carga que es pensar de manera crítica, responsable y autónoma. Para muchos la libertad política se asemeja a un lastre incómodo y amenazante; el adherirse a una ideología que lo explica casi todo (como muchos mitos fundacionales) es percibido como un merecido alivio.”

Para la mayoría de la población y siendo Zavaleta Mercado un intelectual con mucha estima en círculos intelectuales y de la izquierda nacional, su obra expresa sin ningún tipo de error los miedos y aspiraciones de gran parte de las masas. “… todo cuestionamiento de este mito es percibido como fastidioso, deshonesto y hasta peligroso.” Según H. C. F. Mansilla la obra de René Zavaleta Mercado es complicada-alambicada y barroca; ese estilo da a Zavaleta Mercado la fama de un pensador profundo y que entiende las fibras más sensibles de la patria. “Zavaleta no incurrió en ningún falseamiento de la historia boliviana, pero interpretó los hechos históricos (relativamente pocos y estos en forma reiterativa) de tal manera que los amoldó a una doctrina preconcebida: el nacionalismo con elementos socialistas.”

Hasta su muerte René Zavaleta Mercado creía de forma dogmática que el proletariado minero era la base de la revolución en Bolivia. Un proletariado minero que para la década del 80 del Siglo XX se encontraba en decadencia. Para finalizar, Mansilla menciona: “El mejor homenaje a un clásico es un tratamiento crítico de su obra, no uno celebratorio. Así se mantiene vivo su pensamiento.”   



[1] Politólogo

lunes, 6 de julio de 2015

Breve reflexión sobre la Elección de Vocales del TSE



Jorge Roberto Marquez Meruvia[1]

          Como en una mala comedia norteamericana de un alto presupuesto y con los más “afamados” actores en el campo se lleva a cabo la elección de vocales del Tribunal Supremo Electoral. Los medios de comunicación al igual que la gran mayoría de los políticos (tanto de la oposición y del oficialismo) toman con gran sorpresa el enterarse la para-institucionalidad del Estado boliviano. Algo que no es nuevo y que incluso lo toco Alcides Arguedas. Sin embargo al haber tocado un tema sensible de la sociedad fue condenado en su tiempo, condena que se mantiene hasta ahora. En Pueblo enfermo sacando algunas ideas xenófobas habituales de la época, tenemos un retrato de la sociedad boliviana y como se desenvuelve. Para no sentirnos especiales, los males que describe Arguedas son muy comunes en el tercer mundo y América Latina. Sin ir muy lejos José Enrique Rodó en una misiva le decía a don Alcides… “Los males que usted señala […] no son exclusivos de Bolivia: son, en su mayor parte y en más o menos grado, males hispanoamericanos, y hemos de considerarlos transitorios […]. Usted titula su libro Pueblo enfermo. Yo lo titularía Pueblo niño. Es concepto más amplio y justo quizá […].” Es posible que el fundador del arielismo esperaba que algún día los pueblos de América Latina se desencanten de ellos mismos. Lamentablemente, ese desencanto nunca sucedió en el caso boliviano y la elección de vocales muestra el infantilismo político que es nuestro pan de cada día en cualquier esfera del Estado.

Otro autor que toca los problemas de la sociedad boliviana es H. C. F. Mansilla, el cual por mostrarnos en El carácter conservador de la nación boliviana que los bolivianos tomamos de manera muy astuta los aspectos que nos interesan, o que más nos gustan de la modernidad como ser: las características técnico-económicas y vivir bajo mañas arcaicas como por ejemplo la alabada viveza criolla. Mansilla al haber tocado estas fibras íntimas de la bolivianidad, fue relegado de la esfera de la intelectualidad nacional. Sin embargo su obra es muy importante ya que es una descripción actual de nuestras manías irracionales con discursos progresistas y que logran cautivar a la población.

La elección de vocales al Tribunal Supremo Electoral es el circo que necesitábamos para enterarnos de que sacrificada manera trabajan nuestros Asambleístas. Al igual que en El jardín de los senderos que se bifurcan de Jorge Luis Borges el resultado de la elección de vocales puede ser catastrófico o excelente. Demostrando una vez más la incertidumbre nacional, esa mala costumbre de dramatizar todo hasta el último momento. Ya sabemos que la oposición, como ya es su costumbre, hará abandono de la Asamblea el momento de la elección de los vocales al Tribunal Supremo Electoral. Es hora de que aprendamos a resignarnos y tomar en cuenta lo que escribió Séneca en De tranquillitate animae: “Debemos mostrarnos condescendientes al no exhibir un apego demasiado rígido a nuestros designios. Debemos someternos a aquello que nos trae el destino y no debemos temer la alteración de un plan o de una situación; de lo único que debemos cuidarnos es de que no nos domine el atolondramiento, el enemigo más grande de nuestro sosiego”. Y siempre tener en nuestra memoria que nuestros representantes políticos son el fiel reflejo de nuestra sociedad.             




[1] Politólogo