lunes, 29 de agosto de 2016

Lo humano y lo político



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Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

…un príncipe que quiera conservar su autoridad deberá aprender a no ser bueno y usar ese conocimiento, o prescindir de su uso, según las necesidades que se presenten.
Nicolás Maquiavelo

Aristóteles fue quien se ocupó del denominado “zoon politikón” que hacía referencia al animal que vivía en la polis de la Grecia clásica, puede entenderse también como “animal cívico”. Actualmente el “zoon politikón” se lo comprende como “animal político” gracias a las traducciones y posiblemente un error intencional de Santo Tomas de Aquino. Para ambos autores el hombre tenía la capacidad innata de vivir en sociedad y por ende interesare en lo político. La única forma de que se desarrolle el individuo es teniendo la capacidad de vivir en sociedad. Debido a que el individuo debe vivir rodeado de otros individuos existe desde la antigüedad una ligazón entre lo humano y lo político.

Conocemos que el término política ha sido transmitido por la obra de Aristóteles que lleva por nombre Política, tal obra es considerada como el primer tratado sobre la naturaleza, las funciones y las divisiones del Estado, también toca las diferentes formas de gobierno. Durante siglos se ha empleado el término política para indicar (en la mayoría de los casos) obras dedicadas al estudio de aquella esfera de actividad humana que de una u otra forma logran hacer referencia a las cosas del Estado. En la edad moderna el término acuñado por Aristóteles pierde su significado original, poco a poco va siendo sustituido por otras expresiones como por ejemplo: ciencia del Estado, filosofía política, doctrina del Estado, ciencia política, etc., y se emplea para indicar la actividad o el conjunto de actividades que tienen como término la referencia polis, es decir el Estado. De la actividad política se encarga el sujeto, el individuo, razón por la cual pertenecen a la esfera de lo político actos como el ordenamiento (o prohibición) algo con efectos vinculantes para un determinada sociedad, el ejercicio de domino exclusivo en un determinado territorio, el legislar, el legislar con normas validas, etc. Pertenecen también a la esfera de la política acciones como: conquistar, mantener, defender, ampliar, abatir, reforzar, trastornar el poder estatal, etc.

Para los hombres la sensación de no tener poder sobre las demás personas en los hechos resulta insoportable: el hombre se siente desvalido y miserablemente mal; sin embargo, en el mundo en que vivimos actualmente, puede ser peligroso demostrar demasiadas ansias de poder político o actuar abiertamente para obtenerlo. El hombre debe mostrarse decente y equitativo, de modo que debe ser muy sutil, agradable y simpático y, al mismo tiempo, artero; democrático pero engañoso.

Nicolás Maquiavelo mencionaba: “Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo terminará arruinado entre la gran cantidad de hombres que no lo son”. Toda interacción humana siempre tiene una cuota de engaño en diferentes escalas o niveles, podemos afirmar que en cierta medida la diferencia de lo humano y lo animal es su capacidad de embaucar. Los mitos griegos, en el Mahabharata de la India, en la leyenda épica de Gilgamesh del Oriente Medio, el uso de prácticas engañosas es un privilegio de los dioses. Ulises uno de los grandes hombres de la mitología, fue valorado por su habilidad de rivalizar con la capacidad de los dioses, robarles algunos de sus poderes divinos y tener el atrevimiento de competir con ellos en agudeza de ingenio. Las artes del engaño se han desarrollado en conjunto con las civilizaciones y es un arma muy poderosa en el juego de la toma del poder político.

El poder es amoral. Una de las habilidades de los hombres será aprender a ver circunstancias, en lugar de, simplemente, el bien o el mal. En el juego por la lucha del poder político los hombres utilizan estrategias, debido a que es un juego social. Baltasar Gracián, cortesano del siglo XVII expresaba: “Mucha gente invierte su tiempo en estudiar las características de animales o de plantas. ¡Cuánto más importante sería estudiar a la gente con que tenemos que vivir o morir!”. El juego por el poder político puede tener costos bajos o altos, tal como mencionaría Nietzsche: “El valor de una cosa a veces no radica en lo que se logra con ella, sino en lo que se paga por ella, es decir, lo que nos cuesta.”

Lo humano y lo político, ese idilio eterno desde que existe el hombre.   

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[*] Politólogo 

viernes, 26 de agosto de 2016

3 modelos de liderazgo para comprender Bolivia




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Carlos Matus, hombre que la historia ha olvidado y que fue creador de una escuela de “Políticas de Estado y Desarrollo Local” con importantes aportes teóricos y prácticos. Entre los aportes casi olvidados Matus es la que hace una distinción sobre tres modelos de liderazgo. Con los modelos que describe podemos ver y explicarnos el escenario boliviano antes y después del fatal desenlace de mineros y un viceministro de Estado muertos.

Los modelos de liderazgo son: Chimpancé, Maquiavelo y Gandhi.

El modelo Chimpancé, tiene como base el trabajo del antropólogo y primatólogo de nacionalidad holandesa Frans de Waal sobre el comportamiento de poder en comunidades de chimpancés, en éste modelo, prevalecen las rivalidades y alianzas que tiene como finalidad de mantener el poder por el poder. Caracterizado por la imposición de la fuerza para conducir a la manada al azar (a ninguna parte). No se puede evidenciar la existencia de un proyecto de largo o corto plazo. El proyecto es el simio de turno que tiene la capacidad de imponer su fuerza y el simio de turno es el proyecto.

El modelo Maquiavelo, supone un comportamiento un poco más refinado y menos salvaje que el primer modelo. Quien ejerce el poder goza de ser alguien que se alfabetiza, logra desarrollar de manera relativa su inteligencia y tiene la capacidad de poner sus valores embrionarios al servicio de un proyecto colectivo. Lamentablemente, el proyecto se confunde con él, en un juego maniqueísta simple en una combinación binaria amigo-enemigo donde todo recurso tiene validez para desaparecer al adversario bajo un pretexto común, o una ideología.

El modelo Gandhi, al contrario de las dos mencionadas anteriormente, tiene como base la fuerza moral y el consenso. Es un escenario donde no existen los enemigos. Las ideas y argumentos están en constante movimiento y tienden a prevalecer sobre el ejercicio de la fuerza y el mesianismo. Éste modelo, ya no trata de derrotar sino de ganar al otro; del reencuentro, de escucharlo, de tolerarlo, entenderlo y perdonar. Superando los antagonismos y las visiones dogmáticas, dejando de lado los prejuicios en una sincera actitud de ver al otro como a uno mismo. Claro ejemplo de que es posible la práctica del tercer modelo son las actitudes que fueron llevadas a cabo por Nelson Mandela y las políticas llevadas a cabo en su gobierno como la “Comisión para la verdad y la reconciliación”.

Los tres modelos explicados nos ayudan a comprender Bolivia y a varios países del ancho mundo. También, es una crítica a nuestra sociedad porque los líderes son un reflejo de nosotros. En 1909 Alcides Arguedas relata que había recibo una carta de José Enrique Rodó sobre “Pueblo enfermo”, en la que éste le decía: “Los males que usted señala […] no son exclusivos de Bolivia: son, en su mayor parte y en más o menos grado, males hispanoamericanos, y hemos de considerarlos como transitorios […]. Usted titula su libro Pueblo enfermo. Yo lo titularía Pueblo niño. Es concepto más amplio y justo quizá […]”. Para Arguedas de todos los reparos a su obra, la de Rodó fue la que más impresión le produjo.

¿En cuál de los tres modelos nos encontramos descritos los bolivianos?       



[*] Politólogo 

lunes, 15 de agosto de 2016

191 años descritos en el libro de arena




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Debemos recordar que entre las cualidades que hacen que el libro de arena sea un texto fascinante es que es infinito, su numeración no tiene orden ni correlación, ya que al ser infinito las cualidades antes mencionadas son posiblemente innecesarias. Las hojas que leemos, o que en algún momento llamaron nuestra atención jamás las encontraremos nuevamente. El azar y nuestra hambre de conocimiento pueden hacer que lleguemos al umbral de la locura al entrar a sus páginas; hay leyendas que mencionan que probablemente el libro de arena se encuentre maldito. Recuerdo que mientras lo hojeaba un día haber encontrado una sentencia de uno de los discípulos de Paracelso: “aquí, bajo la luna, todo es mortal”.

Ya que el libro de arena es infinito, me puse a buscar pasajes de la historia de Bolivia. Tal ejercicio que parece tan peculiar; buscar la historia de Bolivia, es tan común como buscar la historia del Reino Unido, Etiopía, Nueva Zelanda o Panamá. El buscar vestigios de la historia boliviana en el libro de arena, no debería asombrarnos en lo absoluto, simple y llanamente es llevado a cabo por el empleo de la curiosidad personal, curiosidad que puede ser compartida por muchos.

Entre los pasajes encontrados y perdidos, observamos que los patriotas, aquellos que lucharon por la libertad de estas tierras fueron patriotas de último momento. La viveza criolla hizo que los bien posicionados miembros del ejército realista tomen partido por la libertad de la patria, Casimiro Olañeta es el más grande ejemplo de esa actitud de liberación. También, encontramos la triunfal llegada de los libertadores, Bolívar y Sucre cuando llegaron al Alto Perú no desenvainaron su espada para proseguir la lucha, debido a que estos territorios que alguna vez fueron parte de la Real Audiencia de Charcas ya fueron liberados. El 9 de febrero 1825 un decreto de Sucre dio carta libre para que los patriotas tomen decisiones sobre los territorios liberados, la Asamblea General decidió ser independiente sin depender ni de Lima ni de Buenos Aires. Menciona el libro de arena que José Luis Roca tiene un interesante trabajo al respecto.

Tras que Bolívar aceptara a regañadientes la independencia de su hija prodiga, para la mayor parte de los bolivianos, fue el mejor presidente de la historia. Posiblemente, tal sentencia sobre la presidencia de Bolívar se deba a que ocupo muy poco tiempo el cargo. Igualmente, encontramos que Gabriel René Moreno describió como los habitantes de la nueva República pensaban que el país se encontraba lleno de grandes riquezas, las cuales corrían el peligro de ser explotadas por los grandes imperios extranjeros. La mentalidad que describe, todavía es prevaleciente en gran parte de la población. Cabe mencionar que René Moreno fue declarado traidor al traer consigo en pleno conflicto del Pacífico “las bases chilenas”, las cuales daban a Bolivia una salida marítima por Arica que es el puerto natural de Bolivia.

Los caudillos son una parte importante de la historia, ya sean letrados o bárbaros. La sociedad boliviana se mueve por oposiciones binarias simples, Carlos Montenegro fue quien tuvo la habilidad de que nos dividamos entre los buenos y malos (nación y antinación), haciendo de esta conducta social un hábito que no es criticado y que sirve para encumbrar a grupos que buscan el poder político. La necesidad del enemigo es fundamental, en caso de no poder lograr los fines propios, necesitamos señalar con el dedo a los “malos” que no nos dejaron desarrollarnos. Esto ocurre en todos los niveles del Estado: municipios, gobernaciones y a nivel del Estado central. Recordemos que “todo es inmenso en Bolivia, menos el hombre”.

Estas son algunas cosas que recuerdo haber leído en el libro de arena sobre Bolivia. Como mencionaría Alfredo Le Pera… “veinte años no es nada”, podríamos decir lo mismo de 191 años.                    


[*] Politólogo, columnista de opinión en El Día de Santa Cruz de la Sierra, Los Tiempos de Cochabamba y El Diario de La Paz 

lunes, 1 de agosto de 2016

Donde todo es mezquino




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Bautista Saavedra quien fuere presidente de Bolivia en “La democracia en nuestra historia” censuró de manera frontal los intentos de uniformamiento social. “La igualdad, la uniformidad, la unanimidad”, según Saavedra, eran la base de la negación de la autonomía, de la democracia, de la libertad. Sólo en un ambiente de diferencias y disparidades tiene la capacidad de florecer la “hermosa armonía de desigualdades”. Bolivia es esa armonía desigual, claro ejemplo son los pisos ecológicos que forman el territorio boliviano: los andes, valles y llanos son una clara muestra de diversidad.

La aventura para la creación de Bolivia comienza con el Decreto del 9 de febrero de 1825 dictado por el General Antonio José de Sucre. El decreto en unos de sus puntos menciona: “El objeto de la Asamblea General será sancionar un régimen de gobierno provisorio, y decidir sobre la suerte y los destinos de estas provincias, como sea más conveniente a sus intereses”. Hasta ahora se discute la participación de Casimiro de Olañeta quien fuera la figura que inspiro el decreto del Mariscal Sucre. Así comenzó el nacimiento de la diversidad, de la “armonía de desigualdades”. Siglos después un español como Joan Prats tendría la capacidad de explicar razonable y románticamente el “¿Por qué amamos Bolivia?” La respuesta es la diversidad, no podemos entender lo boliviano sin lo chapaco, colla, valluno, capitalino, camba, etc. Tenemos la suerte de la riqueza multicultural y no la pobreza de una unanimidad nacional.

Sin embargo, últimamente en las regiones se encuentra el fenómeno de exacerbar nacionalismos, posiblemente se deba al influjo de la globalización, la cual, necesita cada vez un mundo más homogéneo y los guardines de la tradición al no poder contrarrestarla se apoyan en mitos y creencias populares, estos guardianes y sus seguidores posiblemente al no poder entender la diversidad se apoyan en sus más básicas certezas. Ellos posiblemente no conocen la sentencia de Schopenhauer… “cuando menos razones tiene un hombre para enorgullecerse de sí mismo, más suele enorgullecerse de pertenecer a una nación” y de la perversión patriótica la cual mencionaba Oscar Wilde. Ser universal, o de tener esa pretensión es un ejercicio de muy pocos hombres en Bolivia.

Los bolivianos universales fueron aquellos que se ganaron los agravios de su sociedad. Debido a que ésta sufre porque sus autoridades no han hecho el trabajo necesario para dar a conocer la obra de sus hijos más preclaros, de sus hijos más universales. La población boliviana en todos sus estratos sociales y ámbitos geográficos, no logran sentir admiración ni cariño hacia esfuerzos científicos e intelectuales. Los bolivianos universales de todos los tiempos como ser: Gabriel René Moreno, Enrique Finot, Armando Chirveches, Alcides Arguedas, Julio Méndez, Guillermo Francovich, Alfonso Costa Du Rels, Sergio Almaraz, Ricardo Jaimes Freyre y un largo etcétera, forman parte del rincón del olvido. Ya que parece que es pecado pensar de una manera crítica y decirle a la gente lo que no quiere escuchar. Empero, tuvieron la valentía de dejar en sus obras una interesante crítica a la bolivianidad y a sus actitudes, lo que H. C. F. Mansilla denominaría la “Bolivia profunda”, aquella que es parte de los hábitos y comportamientos de la sociedad, esos comportamientos y hábitos que son temporales y por desgracia pueden durar siglos.

Para esos pensadores bolivianos, aquellos que buscan crear fisuras en el pensamiento e instigar a la rebeldía de nuestra forma de ser, posiblemente se encuentren identificados con una sentencia llena de dolor de Sergio Almaraz: “Bolivia es el país donde todo es mezquino, menos el sufrimiento.”  
  



[*] Politólogo