Jorge
Roberto Marquez Meruvia[*]
Parece que los bolivianos olvidamos sucesos que marcan nuestra historia,
uno de ellos que desde que recuperamos la democracia el voto siempre fue
disperso. Claro ejemplo de esto fue el Congreso que hizo presidente a Walter Guevara Arze, Lidia
Gueiler Tejada y Hernán Siles Zuazo. Siles juraría a la primera magistratura
del Estado el 10 de octubre de 1982 ante el Parlamento conformado en 1980. La
última presidencia de Víctor Paz Estenssoro también veríamos la dispersión del
voto y un poder legislativo dividido, ante la crisis que vivía el país Hugo
Banzer Suárez firma con Paz Estenssoro el “Pacto por la Democracia”.
Posiblemente, el caso más emblemático es la llegada a la presidencia de Jaime
Paz Zamora, el tercero ocuparía la presidencia con el apoyo de Acción Democrática
Nacionalista (Banzer).
Por tales razones, en la
elección del 20 de octubre existirán 9 candidaturas, ya que la dispersión es
parte de nuestra cultura política y los llamados a la unidad son infructuosos.
El voto útil intenta ser direccionado al candidato que en teoría tiene
probabilidades de ganar, sin embargo, apenas comenzamos el periodo de campaña
electoral. El simple hecho de decir que el voto sirve en caso de que se vote
por el candidato “Z” y no por el candidato “X” es coacción psicológica de la
más perversa que va contra la libertad de elección del individuo. Somos libres
en elegir y muchos de nosotros votaremos por la opción que creamos conveniente.
No debemos olvidar que la democracia, aquella que decimos defender es
competencia y pluralidad. Que no nos gane la campaña del miedo y que elijamos a
los candidatos que nos dicta nuestra consciencia.
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