Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]
El 15 de enero de 1981 un macabro suceso a cargo del
General y presidente de facto Luis García Meza sacudió a la sociedad boliviana.
Un grupo de jóvenes idealistas reunidos en la calle Harrington
de la ciudad de La Paz fueron vilmente acribillados por la dictadura. Estos jóvenes
eran miembros de la Dirección Nacional Clandestina del Movimiento de la
Izquierda Revolucionaria e intentaban organizar una batalla para reconquistar
la democracia.
Estos hombres sacrificaron su vida por las libertades.
Estos héroes eran: Arcil Menacho, Gonzalo
Barrón, José Reyes, Ramiro Velasco, José Luis Suárez, Jorge Valdivieso, Ricardo
Navarro y Artemio Camargo. Ofrecieron su vida sin temor, ni ninguna duda. Posiblemente,
dentro de ellos recordaron al Quijote de Cervantes que les decía: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los
tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por
la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio
es el mayor mal que puede venir a los hombres.”
Las acciones tomadas por estos jóvenes fueron los
pilares en los cuales un 10 de octubre de 1982 Hernán Siles Zuazo y la Unión Democrática
y Popular conquistaran la democracia en Bolivia. Debemos recordar que la UDP
era la alianza conformada por diversos partidos con una visión de izquierda: el
Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, a la cabeza Jaime Paz Zamora; el
Partido Revolucionario de Izquierda Nacionalista, liderado por Lidia Gueiler y
Juan Lechín Oquendo; el Partido Comunista de Bolivia, su Secretario General era
Oscar Salas Moya; y el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda,
dirigida por Hernán Siles Zuazo.
Desde la instauración democrática, Bolivia paso por la
democracia de coaliciones gobernantes (democracia pactada) y la hegemonía de
poder de un único partido político en el gobierno. El Movimiento Al Socialismo
se encuentra más de 10 años en el ejercicio del poder. La gestión del “Proceso
de Cambio” cada día se encuentra en franca decadencia. Los supuestos grandes
avances como la “nacionalización de los hidrocarburos” y la construcción de
canchas por el ancho y largo del país que favorecen a la “salud” de gran parte
de los bolivianos. Estos mitos creados por éste gobierno tienen como base la
propaganda la cual es generosamente compensada por el Tesoro General de la Nación.
Lastimosamente, para el gobierno, la ciudadanía tiene
la capacidad de ver los evidentes negros manejos de la cosa pública. El proceso
por el cual las instituciones del Estado son destruidas desde sus cimientos es
más visibles que nunca. El Fondo Indígena, el caso Zapata-CAMC y el desastre de
la aerolínea LAMIA Bolivia, son el resultado de la creación de un capitalismo
de compadres. La justicia también es presa del poder que se encuentra
instaurado en Palacio Quemado, podemos mencionar como ejemplo de “terror
judicial” dos casos icónicos como ser “la masacre del Porvenir” en Pando y “el
caso terrorismo” en Santa Cruz que tienen como principal objetivo callar a
cualquier individuo que no comparta las ideas del régimen y frenar cualquier
alternativa política al llamado “Proceso de Cambio”.
El 21 de febrero de 2016 la ciudadanía en su conjunto
voto en un referéndum vinculante por el NO a la futura re-postulación del
Presidente Evo Morales Ayma. El NO que fuera victorioso el 21F va más allá de
no dejar al presidente ser relecto nuevamente, ese NO también es un grito a
respetar la constitución, las reglas del juego y de las instituciones
democráticas. Ahora el Movimiento Al Socialismo y desde las más altas esferas
del gobierno se empecinan en corromper las normas y lograr su objetivo de no
soltar el poder del Estado bajo la excusa de que la única persona capaz de
llevar a cabo la “agenda 2020-2025” y el “Proceso de Cambio” es Evo Morales.
El 21 de febrero de 2017 pasara a la historia como un
acto de defensa de las normas e instituciones del Estado y será la más clara
muestra de la rebeldía contra la tiranía. Los bolivianos demostraremos nuestro
más ferviente espíritu democrático.
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