lunes, 17 de octubre de 2016

Periodismo prêt-à-porter




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

El filósofo alemán Jürgen Habermas en su “Teoría de la acción comunicativa” observa que la manera de interrelación social del ser humano cambia de manera más que drástica. De una sociedad que se basaba bajo la idea de ritos y el aprecio de lo sagrado al gran salto del uso del signo lingüístico, con ayuda del pensamiento racional las “verdades” adoptadas por las diversas sociedades son sometidas a la crítica. Esas ideas, esas verdades gracias a los medios de masas van creando ciertas costumbres y así inicia la reproducción cultural. También, menciona que en la evolución histórica mencionada anteriormente los medios consideran una distinción importante: “lo público” y “lo privado” como dos esferas muy diferentes. Para ejemplificar “lo público” serían noticias de interés común como ser la interpelación de un ministro de Estado ante el Parlamento. “Lo privado” vendría a ser lo que hacen en sus vacaciones los “famosos” del medio local, nacional, o internacional y que no son de interés público. Así como no sería de interés público el color favorito de algún gobernador o alcalde.

La globalización, fenómeno que nos tiene a todos conectados a hecho que la información que otrora se movía lentamente, ahora lo hace con total rapidez y gracias a los sistemas expertos y las redes sociales la información se encuentra a un “click” de todos nosotros. Sin embargo, no todo es información de carácter público y gran parte de la información se encuentra en la esfera de “lo privado”. Guy Debord en “La sociedad del espectáculo” menciona que el espectáculo es una imagen invertida de la sociedad, es una sociedad mediada por imágenes. Lo que muestra no es la realidad, sino más bien una placida ficción.

Giovanni Sartori es un poco más apocalíptico, en “Homo Videns: la sociedad teledirigida” nos dice que el Homo Sapiens es ya un recuerdo sin sentido y que el mundo en el vivemos se encuentra dominado por el Homo Videns, el hombre que simplemente ve y cree en lo que ve. La reflexión se convierte trágicamente en un ejercicio del pasado, el hombre ha dejado de lado el pensar y simplemente cree en lo que los medios de comunicación en una sociedad de masas le ofrecen.

    Los productores de los espacios informativos y las famosas revistas matinales saben muy bien que no importa el contenido de sus espacios. Simplemente ofrecen lo que podemos denominar periodismo prêt-à-porter para el consumidor (televidente).

Los ya mencionados espacios televisivos pasan la semana con tres temas centrales: la crónica roja, la crónica rosa y los accidentes de tránsito. El crimen y todo lo que podemos relacionarlo ocupan más del 75% de los informativos; el porcentaje restante es campeado por los accidentes de tránsito los cuales aburren hasta el cansancio, ya que son recurrentes, cosas como por ejemplo el exceso de velocidad, el mal uso del cinturón de seguridad o, en el mejor de los casos gente imprudente que al estar delante de un volante decide beber alcohol en exceso y conducir; la crónica rosa también tiene un sector relevante, la farándula tiene sectores generosos que nos tienen al borde de nuestras emociones.

Los periodistas simplemente siguen órdenes de los productores y su trabajo se convierte en colocar los micrófonos en boca de sus “entrevistados”; olvidando completamente que los “entrevistados” también tienen derecho de no dar ningún tipo de declaración a la prensa. No debemos olvidar que esos espacios informativos cuentan con simples presentadores. Una red nacional puso en evidencia que no importa lo que pase en pantalla, todo se puede solucionar con una bolsa de orégano.

Hace ya un par de semanas Fernanda Gomez una estudiante de la Universidad Católica Boliviana, pudo poner en evidencia el trabajo de los periodistas, los cuales hacen todo por una primicia y no tienen la capacidad de formular preguntas al respecto. Ella, sostenía un letrero que era parte de una protesta ficticia sobre el cierre de un centro nocturno. La reacción de los periodistas fue dejarse llevar por el rumor, por etiquetarla y pocos fueron los que se acercaron y acertaron a hacerle preguntas sobre lo que estaba haciendo.

¿Será que el periodismo ha perdido la capacidad crítica que necesita toda sociedad y ahora simplemente les interesa crear productos vacíos de consumo para la sociedad de masas?






[*] Politólogo 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario