domingo, 17 de mayo de 2020

La transición, la pandemia y lo político


Jorge Roberto Marquez Meruvia*

El gobierno transitorio se apoya en la ley de prórroga de mandato, fue sancionada por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que también eligió a los vocales del Tribunal Supremo Electoral y la ley para las elecciones generales salieron del Parlamento. Todas promulgadas por la presidente Añez. No caben dudas de que más allá de las tensiones políticas por las cuales pasa el gobierno transitorio, el camino se encontraba marcado. Las elecciones deben llevarse el año 2020, así lo dicta la ley. La ampliación de mandato no solamente es para el gobierno central, sino que también para las gobernaciones y municipios.

El 3 de mayo debían llevarse las elecciones generales, pero debido a la pandemia del COVID-19 tuvieron que ser postergadas. El calendario electoral sufrió un freno, debido a las medidas gubernamentales para evitar el colapso del sistema de salud por causa del coronavirus (cuarentena). Una nueva fecha para las elecciones era necesaria. Tras el planteamiento del Tribunal Supremo Electoral de 120 días para llevar a cabo la elección, la Asamblea Legislativa modificó la ley presentada y en ambas cámaras fue sancionada para llevar la elección en 90 días. Tras la respuesta negativa del Órgano Ejecutivo, la cabeza de la Asamblea tuvo la oportunidad de promulgarla.

Independientemente de la pandemia y la crisis sanitaria que vivimos, estamos en año electoral. La política dentro de cualquier conflicto que atravesó la humanidad jamás ha cesado. Para ejemplificar esto vamos a describir lo que el profesor Maurizio Viroli en una biografía sobre Nicolás Maquiavelo indica, en un supuesto sueño del pensador florentino: “Dijo haber visto en sueños a una multitud de hombres, mal vestidos, de aspecto mísero y que daban muestras de sufrimiento. Les preguntó quiénes eran, y ellos les contestaron: «Somos los santos y los beatos, vamos camino del paraíso». Vio después a una muchedumbre de hombres de aspecto noble y grave, ataviados con ropajes solemnes y que solemnemente debatían importantes problemas políticos. Entre éstos reconoció a los grandes filósofos e historiadores de la antigüedad, que habían escrito obras fundamentales sobre la política y los estados: entre ellos Platón, Plutarco y Tácito. También les preguntó quiénes eran y hacia dónde se dirigían. «Somos los condenados del infierno».

Tampoco podemos olvidar la sentencia de Max Weber: “También los cristianos primitivos sabían muy exactamente que el mundo está regido por los demonios y que quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando”.

Ambos órganos del Estado van jugando en el escenario político, la intención de la Asamblea no es la elección, sino la de politizar el momento y de reactivar el periodo electoral. Esto despierta a todos los actores que van tras la silla presidencial, que van a tomar cualquier pequeño desliz del Ejecutivo para hacer campaña y realizar diferentes críticas sobre el manejo de la crisis. Otros por su parte, se apoyaran en el malestar social y trataran de desestabilizar al gobierno, seguramente esperan sacar un resultado positivo, pero no gozan de empatía con su causa y además, se puede fácilmente asociar esas acciones con un candidato en particular.

El escenario político ya se encuentra electoralizado y negar tal situación equivale a la acción infantil de no querer ver la realidad. Quienes llevan las riendas del Ejecutivo llevan ventaja no solamente en la preferencia del voto, sino que se reconoce su labor en el manejo de la crisis sanitaria pese a las dificultades que existen en el tema de salud en el país. Así lo muestran dos encuestadoras. Obviamente, esto se puede modificar y cada uno de los actores debe estar muy consciente de las acciones que vaya a tomar.

El camino hacia la toma de poder no va a detenerse y los políticos deben actuar al respecto. No caben dudas, de que la política es una profesión. De nada sirve dedicarle años de tú vida, sí llegado el momento sigues improvisando a ser político.       

 



* Politólogo


miércoles, 8 de abril de 2020

El convenio 132 de la OIT y Bolivia




Jorge Roberto Marquez Meruvia*

Desde el golpe de Estado realizado al Dr. Víctor Paz Estenssoro por el Gral. René Barrientos Ortuño, Bolivia se encontraba en la incertidumbre política. Los militares habían tomado el poder y no lo iban a soltar hasta el 10 de octubre de 1982. En 1970 ejercieron la primera magistratura del país los generales Alfredo Ovando Candía y Juan José Torres Gonzales. Por otra parte el mismo año la Organización Internacional del Trabajo elaboraba el “Convenio 132” que trata y conceptualiza las vacaciones. Siguiendo con los datos históricos, Bolivia es parte de la OIT desde 1919.

La reciente crisis sanitaria no solamente nos ha tomado por sorpresa, sino también, al mundo. El no estar preparados ante la pandemia a nivel global trae a la humanidad distintos desafíos, uno de ellos, qué hacer con los trabajadores. La cuarentena, que es una medida tomada por diversos países alrededor del globo trae consigo consecuencias como la de parar la industria y muchas fuentes de empleo. Parafraseando a Lenin la pregunta que deberíamos hacernos es “¿Qué hacer?”. Obviamente, la respuesta no tiene como base la fe marxista, sino los recursos que tenemos a mano.

La legislación boliviana no conceptualiza las vacaciones, la “Ley General del Trabajo” nos menciona los días de descanso que dependen del periodo trabajado en años, así lo menciona el artículo 44. En el reglamento su artículo 33 nos dice: “La vacación anual no será compensable en dinero, salvo acuerdo mutuo por escrito, y será ejercitada conforme al rol de turnos que formule el patrono.” No es secreto para nadie que en uso de la viveza criolla que nos caracteriza, muchas empresas toman el periodo de cuarentena que estamos viviendo como vacaciones para sus empleados, la legislación al respecto lo permite, ya que las vacaciones pueden ser programadas por el empleador.

Lo anteriormente mencionado parece no haber llamado la atención del ente mayor de los trabajadores, la Central Obrera Boliviana, que no tiene ningún pronunciamiento al respecto en estos últimos 50 años. Sin embargo, la crisis sanitaria que estamos viviendo nos obliga a tomar medidas en pro de los trabajadores. La solución es muy simple Bolivia debe ratificar el convenio 132 de la OIT, que en su artículo 10 dice: “La época en que se tomarán las vacaciones, siempre que no se fije por reglamentos, contratos colectivos, laudos arbitrales o de otra manera compatible con la práctica nacional, se determinará por el empleador, previa consulta con la persona empleada interesada o con sus representantes.” El convenio 132 no solamente conceptualiza lo que son las vacaciones, sino que nos menciona que serán un acuerdo entre partes.

Es importante que ratifiquemos el convenio de la OIT debido a que no será la única cuarentena que viviremos en el país. El invierno se acerca y también las gripes, refriados y el COVID-19 estará presente. Los trabajadores son la parte más importante del desarrollo del país, merecen ser protegidos por la normativa. La claridad en las reglas del juego va a ser beneficiosa para todos. Cabe mencionar también que más allá de proteger al trabajador, es necesario modificar nuestro régimen impositivo, debido a que todos los bolivianos vivimos en un infierno fiscal que no incentiva a la inversión y que expulsa a muchos connacionales al mercado informal. Ante la crisis sanitaria que vivimos, espero que estos párrafos sean un pequeño aporte ante la crisis sanitaria que estamos viviendo desde el derecho y la ciencia política.

Agradezco a mi amigo y abogado, Ernesto Machicao Argiró con quien estuvimos meditando sobre este problema y las consecuencias prácticas que trae consigo. Asimismo, debemos recordar que todas las acciones gubernamentales tienen consecuencias en la vida diaria.
   




* Politólogo

jueves, 2 de abril de 2020

Entre errores y aciertos




Jorge Roberto Marquez Meruvia*

El COVID-19 va azotando al mundo. Las potencias como Estados Unidos de América caen ante su azote. El sistema de salud mundial fue rebasado, claro ejemplo de esto, es el desborde de la sanidad en Italia, Francia y España, por mencionar algunos. Aunque, existen excepciones como las del Japón y Corea del Sur. Obviamente, gran parte de los países del mundo no tienen la suerte, ni los recursos, ni la capacidad de estos últimos.

La pandemia llegó a Bolivia y era inevitable. El COVID-19 nos encontró con lo que tenemos para combatirlo, con recursos escasos como en gran parte del planeta. Sin embargo, tomamos las acciones correspondientes para poder paliar su paso por nuestro territorio. Empero, ante la urgencia cometimos errores. El Órgano Ejecutivo es el responsable de la repatriación de nuestros connacionales al país, la mala coordinación en el gabinete ministerial los dejó varados en la frontera, después de haber trabajado en conjunto las cancillerías de Bolivia y Chile. Por suerte, tras el error fatal cometido, el Ejecutivo rectificó y nuestros conciudadanos ingresaran al país.

Lo que debemos resaltar es el trabajo que realiza el departamento de Oruro, la coordinación y cooperación de todas sus autoridades. Tanto la gobernación como los municipios trabajan en conjunto. Desde el haber declarado la cuarentena y el alto de la circulación interdepartamental e interprovincial, que fue una de las medidas adecuadas. El SEDES de este departamento actuó tal como la emergencia ameritaba.

Debemos aprender como país una de las lecciones importantes que nos da Oruro. La coordinación y cooperación son cruciales, al igual que los recursos que tengamos para luchar contra el coronavirus. Nos encontramos en un momento de crisis donde todos los bolivianos estamos en riesgo.

Intentar politizar el momento mediante cálculos políticos es una barbaridad. Lo sabemos muy bien, estamos en un gobierno transitorio y debemos ir a elecciones generales, pero debemos preservar el bien mayor, que es la vida de todos nosotros. Los candidatos deben recordar que los muertos no votan y deben ser muy conscientes de los mensajes que dan a la población. Tanto a ellos como a las autoridades gubernamentales de todos los niveles del Estado, les vendría bien recordar una máxima del ex Primer Ministro del Reino Unido, Benjamin Disraeli: “No hay mas sabiduría que la sinceridad”.

La crisis sanitaria obliga a nuestras autoridades a trabajar como hombres de Estado. Despojarse de la mezquindad de los colores políticos y la ideología, que han sido superadas por la realidad. Cada uno de nuestros gobernantes debe demostrar que se encuentran a la altura de las circunstancias y que no deben sus cargos a un golpe de fortuna. Deben comprender que la mejor forma de llevar adelante la crisis sanitaria es mediante un trabajo coordinado y cooperativo.

Tras las medidas asumidas hace ya un par de semanas, debemos estar conscientes que nos encontramos en la curva exponencial del virus y el ejemplo que tenemos del departamento de Oruro. De nada sirve echar culpas entre actores y gestiones anteriores, nuestra vida se encuentra en juego. Debemos ser optimistas porque en estos días el gobierno va demostrando que la única forma de pasar la pandemia es trabajando entre todos e ir creando el futuro que queremos cuando pase la crisis.

Posiblemente nos gane el pesimismo y creamos que todo se encuentra perdido, pero siempre hay una luz al final del túnel. La promulgación de la ley para diferir créditos y reducir al 50% las facturas de los servicios básicos por parte del Ejecutivo, es una muestra del trabajo que van realizando de manera coordinada y cooperativa con el Legislativo.

El gobierno en todos los niveles del Estado, va mostrando que son conscientes de las circunstancias que estamos pasando y que se van preocupando por cada uno de los bolivianos. Asimismo, debemos recordar que la batalla que daremos a la pandemia es con los recursos que tenemos y que aunque es complicado debemos quedarnos en casa. El futuro nos espera.       
      



* Politólogo

lunes, 30 de marzo de 2020

Las crisis, los nuevos liderazgos y la bajeza en política




Jorge Roberto Marquez Meruvia*

Bolivia se encuentra pasando por momentos críticos. El primero son los sucesos acaecidos en octubre y noviembre de 2019. La manipulación de las elecciones generales terminó en la renuncia de Evo Morales y Álvaro García Linera. Tras el vacío de poder acontecido los grupos privilegiados del “Proceso de Cambio” no pudieron hacerle frente a la crisis política, un claro ejemplo de esto es el papel que desempeñaron “Columna Sur” de la senadora Adriana Salvatierra y “Generación Evo” de la otrora diputada Valeria Silva. Ante el abandono que realizaron, nuevas figuras aparecieron en el Movimiento Al Socialismo. La irrupción de Eva Copa al ser elegida como presidente del Senado y ser al mismo tiempo cabeza de la Asamblea Legislativa Plurinacional, pone en evidencia la renovación de liderazgos dentro el MAS que tarde o temprano deben ser admitidos por los líderes en el exilio para la supervivencia del partido.

En la otra vereda Jeanine Añez, es quien por sucesión constitucional toma el mando del Órgano Ejecutivo, convirtiéndose en presidente constitucional. Ambos órganos del Estado llevan adelante el periodo de transición. Lograron la pacificación del país, una ley para llevar a cabo las nuevas elecciones generales, la prórroga del gobierno y la conformación del Tribunal Supremo Electoral. Independientemente de las acusaciones de ambos bandos políticos, el trabajo realizado puso primero los intereses del país y fueron acabando con la incertidumbre. Entre los hechos destacados tenemos la aceptación de las renuncias de Evo Morales y Álvaro García Linera por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional y la censura al Ministro de Defensa, Fernando López. Los dos sucesos, son la muestra de que existe independencia de órganos de poder, algo que se reclamaba por más de diez años con el anterior régimen y que es la base de una democracia en reconstrucción.

El segundo momento crítico, es la pandemia global del COVID-19, donde el Ejecutivo con decretos supremos y el Legislativo con una ley para diferir créditos y reducir al 50% las facturas de los servicios básicos, los órganos trabajan ante la inminente crisis sanitaria. Sin embargo, falta trabajo coordinado de todos los niveles del Estado (Gobierno Central, Gobernaciones y Municipios), para esto último no necesitamos descubrir el agua tibia. Ya tuvimos como Estado un gran trabajo realizado en pandemias, la forma en que luchamos contra la cólera en los 90’s del siglo XX, es un gran ejemplo a replicar. La información y concientización sobre el coronavirus podría tener como respuesta en las comunidades más alejadas de las ciudades capitales lo que se hizo con el tema del cólera.

Más allá de los esfuerzos realizados por todos contra la pandemia, existen quienes deben recurrir a la vulgaridad y la bajeza política. Su angurria de poder no conoce límites y se encuentran muy lejos de ser los líderes que necesitamos en momentos críticos como los que vivimos. Luis Arce Catacora candidato del MAS y voceros de Comunidad Ciudadana mencionaron que las elecciones deben realizarse lo más antes posible. Aunque, el primero parece haberse dado cuenta del error que cometía porque nos encontramos en la parte exponencial de la curva de infectados; Carlos de Mesa y sus conmilitones están dispuestos a realizar su campaña política con la tragedia sanitaria. Sobre éste último su jefe de campaña parece que se va quedando sin ideas para que su candidato siga siendo considerado como aquel que tiene la capacidad de concentrar el voto útil y ser la única opción para la presidencia del país. También, podemos mencionar las pésimas acciones tomadas por la exministro de comunicación y candidato a una diputación plurinominal, Roxana Lizárraga haciendo publicidad sobre un producto que según ella, ayuda a combatir el coronavirus. O las acciones de control para todos aquellos infractores de la cuarentena que propone Camacho por redes sociales, propuesta que puede ser la base de desinformación.

Las crisis nos muestran quienes son los verdaderos líderes que están pensando en el futuro de todos nosotros y los oportunistas que lo único que quieren es hacerse con el poder y ven al Estado para repartírselo como botín.



* Politólogo

jueves, 26 de marzo de 2020

El COVID-19 y los hombres de Estado




Jorge Roberto Marquez Meruvia*

Byung-Chul Han, en una columna que publica en “El País” menciona que los países asiáticos donde se controla el COVID-19 se deben a raíces culturales autoritarias, debido al confucionisno (colectivismo). A diferencia de Europa, donde la disciplina parece no ser su fuerte y confunden las libertades con el libertinaje. Corea del Sur por ejemplo, ha roto con la privacidad de su población con tal de controlar el brote del coronavirus y es una sociedad altamente vigilada, al igual que Japón, China, Singapur, u Hong Kong. La disciplinan en estos países es parte de las herencias culturales que conllevan, hacen que todos sus ciudadanos acaten sin la más mínima duda las acciones tomadas por las autoridades gubernamentales. A lo anteriormente mencionado, debemos agregar el papel fundamental que juega la tecnología y el big data, al ser sociedades interconectadas el rastreo de los enfermos y posibles contagios es fácil de controlar. No corren tal suerte los Estados autoritarios de América Latina, los cuales no cuentan con los recursos de Japón o China.

Independientemente de lo planteado, siempre es bueno tratar de ver el escenario con otros ojos. Para tal efecto, debemos referirnos a la novela “La Peste” de Albert Camus. En un pueblo llamado Orán surge una enfermedad pandémica letal, la peste. Es una ciudad que se encuentra aislada del mundo y el único medio para informarse que tienen sus ciudadanos es la radio que continuamente va dando información de los nuevos infectados por la peste. “Ya no había destinos individuales, sino una historia colectiva que era la peste y sentimientos compartidos por todo el mundo. El más importante era la separación y el exilio, con lo que eso significaba de miedo y de rebeldía”. La solución según el autor es la solidaridad y una de sus máximas al respecto fue: “Hay en los hombres cosas más dignas de admiración que de desprecio”. La normalidad es un orden ilusorio y debemos adecuarnos y adaptarnos a las nuevas normalidades. Esto nos obliga a entender la solidaridad como la responsabilidad individual que tenemos con los otros y en las condiciones de nuestro país es de ésta solidaridad que necesitamos, ser conscientes de que nuestros actos tienen consecuencias, no solamente con nosotros, sino también, con nuestros seres queridos y allegados.

En el país ya se va hablando de la posibilidad de entrar en un Estado de excepción. Según nuestra constitución, el Estado de excepción en una atribución del Órgano Ejecutivo y podrá ser declarado por la presidente, pero tal medida depende de la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Así, lo dictan los artículos 137 y 138 de la CPE. Llegar al escenario del Estado de excepción debe ser coordinado por todos los Órganos que componen el Estado. Esa coordinación se llama, gobierno en acción ante una pandemia. Es deber del gobierno cuidar la vida de todos y en política, los símbolos a utilizarse en momentos de crisis son importantes. Los cuatro Órganos del Estado deben trabar en conjunto para tomar esta decisión y todos sus componentes deben estar conscientes de las consecuencias de sus actos.

Más allá del infantilismo político que es una costumbre casi arraigada y que los gobernantes tienen la costumbre de mostrarnos la realidad que desean que creamos por medio de la propaganda, ya no estamos en circunstancias de darnos ésos lujos. Estamos en un momento de crisis, donde incluso las campañas pasan a un segundo plano. La realidad que vivimos, ha dejado de lado los colores, tendencias e ideologías políticas, ya no necesitamos del maniqueísmo político, sino de hombres de Estado.

Los hombres de Estado son aquellos que saben y también acataran los sacrificios que piden a la población para pasar la propagación del COVID-19. Es momento del sacrificio, pero no en el martirio, el dolor, o el sufrimiento, sino, en el de la persistencia. La vida de todos se encuentra en riesgo y es deber de cada uno de nosotros protegernos. Ojalá, los políticos entiendan esto y tomen las directrices correspondientes por el bien del país.   


* Politólogo

lunes, 23 de marzo de 2020

Víctor Paz Estenssoro: una biografía política




Jorge Roberto Marquez Meruvia*

Joseph C. Holtey nos presenta una biografía política de uno de los políticos del siglo XX boliviano, el Dr. Víctor Paz Estenssoro. En su texto realiza un rápido repaso de su niñez en Tarija, departamento ubicado en el sur del país del cual hasta el momento tenemos tres presidentes: Narciso Campero (1880-1884), Aniceto Arce (1888-1892) y Víctor Paz Estenssoro quien asumiera la primera magistratura en cuatro ocasiones (1952-1956, 1960-1964, 1964 y 1985-1989).

Paz Estenssoro, pasa poco tiempo en su natal Tarija, donde estudio en el Colegio Nacional San Luis de Gonzaga. Tras el traslado por el trabajo de su padre, prosiguió sus estudios hasta alcanzar el bachillerato en el Colegio Bolívar de la ciudad de Oruro. Fue ahí, donde conoció el arduo trabajo de los mineros.

Al llegar a la ciudad de La Paz, estudia la carrera de derecho en la Universidad Mayor de San Andrés, aunque a él, le hubiera gustado estudiar la carrera de ingeniería, pero debido a problemas familiares debe dejarla. Ya terminando la carrera de derecho tiene la posibilidad de trabajar en el Congreso, desde el cual puede observar el manejo del legislativo por parte de los Barones del Estaño. Tiempo después, trabajaría como abogado para la “Patiño Mines & Enterprises Consolidated, Inc.”.

Su incursión en la política se debe a la oportunidad de poder ser elegido para la convención de 1938, el curul lo gana por su natal Tarija. En esta Convención Nacional se crea la idea de patrimonio nacional y hasta ése momento solamente dos países americanos constitucionalizaron el concepto, México y Bolivia.

Participo en los gobiernos de Germán Busch Becerra y Gualberto Villarroel López. En 1941 junto con Germán Monrroy Block, Walter Guevara, Hernan Siles Zuazo, Juan Lechín Oquendo y Ñuflo Chávez Ortiz, entre otros, fundan el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Tras el asesinato de Villarroel, Paz Estenssoro pasa al exilio, ejercicio que lo realiza más de una vez en toda su vida.

Entre los datos curiosos de una de las convenciones nacionales llevadas a cabo por los movimientistas para elegir al binomio que participaría en la elección de 1951 se manejaba a Franz Tamayo como candidato a presidente y a Paz Estenssoro como vicepresidente, esto no llegó a consolidarse ya que Paz tuvo un roce en el parlamento con Tamayo sobre una ley para reformar el agro en Tarija.

La revolución de 1952 es la parte central del trabajo de Holtey, donde podemos observar la lucha interna de las diferentes facciones dentro del MNR y el papel importantísimo que jugaba Paz Estenssoro como articulador de los grupos tanto de izquierda y derecha dentro del partido. Debemos resaltar el pragmatismo de Paz, al saber que Bolivia era un país en vías de desarrollo, abrió al país a cualquier tipo de ayuda, ya sea de los Estados Unidos de América, o de la Unión Soviética en su momento.

Su afán por ser, no solamente la cabeza del partido, sino, de ser el indiscutible candidato a presidente por el MNR, trajo divisiones dentro del partido. Walter Guevara y Juan Lechín se terminaron separando del partido y en su tercer mandato el único apoyo que tenía era el de las Fuerzas Armadas, por tal razón su vicepresidente en 1964 fue René Barrientos Ortuño, quien el mismo año le daría golpe de Estado.

Paz Estenssoro fue uno de los actores más importantes de la política nacional desde su ingreso en 1938, la revolución nacional y su participación en posterior, tras su regreso al país en 1971 hasta recuperar la democracia marco la historia del país. Su última gestión que comienza en 1985, recibe un país con hiperinflación tras el fracaso de las medidas tomadas en la revolución del 52. Para salir de tal catástrofe económica salva al país con el D.S. 21060, que hasta el día de hoy es estudiado y criticado, pero que en el transcurso de un año acabo con una inflación de más del 1000%.

Joseph C. Holtey, nos lleva sobre las acciones tomadas por Paz y es un texto sin desperdicio.   




* Politólogo