lunes, 19 de diciembre de 2016

Acontecimientos cerca de Uqbar




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Hace un par de meses atrás conocimos hechos que pasaron en un país fronterizo a Uqbar. Sabemos que perdió su salida al litoral en 1879 y que en el siglo XXI los gobernantes son aquellos que llevan adelante lo que denominan “el proceso”. Ya que se trata de un Estado hermético, llegaron hasta nosotros algunos nombres de los gobernantes que según ellos revolucionan el mundo, enarbolando las banderas de lo que llaman “el proceso”. El principal es un “líder endógeno”, cuyo nombre es sagrado. También acompañan al “mesías”, el siempre débil Juan Dahlmann y mano negra Benjamín Otálora. Todos olvidan generosamente lo que Treviranus dejo escrito: “a partir del segundo mes del día vigesimoprimero, el último acto de su fin ha sido articulado”.    

El “mesías endógeno” cada vez que hay elecciones goza de la cualidad de re-postularse y re-elegirse ad infinitum según el noveno congreso azul, que según sabemos se llevó acabo por tierras orientales cerca la cuenca del Amazonas. Los soldados que integran “el proceso” lo proclamaron “comandante” y de esa forma el sagrado líder se convirtió en el único que puede garantizar e impulsar “el proceso”. Al ser proclamado lleva la nefasta y pesada carga de ser el sucesor del extinto monarca de la isla perdida en el tiempo y embargada por su tiranía. Al parecer, pone en práctica las maniobras que se llevan a cabo hace más de 59 años en la isla. Un claro ejemplo del mismo, es el ataque a la prensa libre e independiente a los cuales “el proceso” los denomina como “cártel”. Según los comunicados oficiales “el proceso” representa los sentimientos más puros y perversos de “los movimientos”, donde el individuo debe someterse al atolondrado juicio de la colectividad y sus líderes son inmaculados, puros y sin mancha.

“Los movimientos” para los representantes máximos del gobierno son un sinónimo de pueblo. Es un gobierno que se escucha simplemente así mismo, que se festeja y se aplaude para sí mismo. Para muchos pensadores, “el proceso” y “los movimientos” refleja la podredumbre de la élite soviética. Tienen una gran limitante: el de no poder ver más allá de su revolución. Con lo poco que sabemos sobre el adoctrinamiento llevado a cabo por “el proceso” a “los movimientos” podemos decir que aún la teoría geocéntrica se encuentra vigente, pero, no es la tierra quien ocupa el centro del universo, sino, quien ocupa ese sitial es el “mesías endógeno”. “Los movimientos” son simplemente grupos con pedidos particulares que hace más de diez años viven del Estado, apenas llegan a 5999 personas y se proclaman como la vanguardia revolucionaria. Estos 5999 pueden tomar decisiones que van por encima de los más de diez millones de habitantes.

Ejercer la ciudadanía y la individualidad es un acto heroico, pensar diferente, disentir del discurso oficial es casi un pecado capital. Todo aquel que con argumentos bien fundamentados se opone al régimen es vilmente perseguido y condenado al ostracismo. “El proceso” y “los movimientos” detestan la libertad y la inteligencia creativa. En estas tierras todo lo que diga el líder indiscutible es nuevo, nadie tiene la capacidad de cuestionarlo y debido a su cualidad de sagrado, él jamás será parte de un debate, ya que sería irrespetuoso hablar con el “hacedor” de igual a igual. El régimen desmiente inmediatamente cualquier error cometido por el “mesías endógeno”, para tal efecto cuenta con una corte que tiene la capacidad de morir por él y salir a la opinión pública demostrando que todo es una infamia producida por el “cártel”.

El régimen se vale de cualquier triquiñuela para modificar la constitución que ellos crearon y permitir que el supremo líder vaya una vez más como candidato a la primera magistratura del Estado. Total, como ya menciono el supremo “hacedor”: “si nos sometemos a la ley no hacemos nada”.          




[*] Politólogo 

martes, 13 de diciembre de 2016

El hacedor y su desconocimiento




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

“El hacedor” fue publicado en 1960 y podemos encontrar en él poesía, relatos y ensayos de Jorge Luis Borges. En el epilogo menciona: “Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.”

Si existe algo que el partido en funciones de gobierno y la endeble oposición han creado es la imagen del líder indiscutible del “proceso de cambio”. Hay que mencionar que tanto el Ministerio de la Presidencia y el Ministerio de Comunicación son máquinas de propaganda que se encargar de colocar la imagen pulcra del líder en todo momento, sin importar la ocasión, en los medios de comunicación masiva. Tal ejercicio de enarbolar al líder es muy común en los gobiernos revolucionarios, podemos citar por ejemplo a: Lenin, Stalin, Castro, o Chávez. Estos hombres que representan el “cambio revolucionario” al tomar el poder del Estado se hacen con todo el aparato institucional y como su labor es la creación del “nuevo hombre”, sus decisiones son obedecidas por los revolucionarios como mandatos sagrados. Esto se debe a que los seguidores de estos líderes gozan de lo que denominan “consciencia revolucionaria”.

En el caso boliviano, por más intentos de propaganda que tratan de mostrar al Presidente del Estado Plurinacional trabajando sin descanso con jornadas extensas de trabajo, los siete días de la semana y las veinticuatro horas del día; la realidad, difiere del discurso oficial. Es el mismo Evo Morales que ante las tragedias que ocurren en Bolivia después de más de diez años de gobierno, admite tener un total desconocimiento de los mismos. El Presidente Morales: “no sabía”. Es posible que los más entusiastas del régimen pienses que esas declaraciones de quien detenta la Primera Magistratura del Estado es un ejercicio socrático en busca de conocimiento; empero, tal como relatan las películas sobre su vida y las banderas que enarbolan los soldados del “proceso de cambio”, lo que importa es descolonizarnos de los conocimientos nacidos en el viejo continente.



La crisis institucional en Bolivia es tan grande, que el partido en funciones de gobierno repartió las instituciones estatales a grupos corporativos. Demostrando así el paternalismo, prebendalismo y clientelismo que es utilizado por el Movimiento Al Socialismo sin ningún tipo de miramiento para no perder el ejercicio del poder, para de esa manera tener contentos a sus aliados y que en futuras campañas electoras los apoyen para que ambos sigan viviendo del Estado. La destrucción institucional se traduce en los hechos de corrupción más atroces de la historia boliviana y de su “joven democracia”, estos hechos son: la carretera que pasa por el TIPNIS, el Fondo Indígena, la quiebra de ENATEX, el caso CAMC-Zapata, el desconocimiento del resultado del referéndum del 21 de febrero, la crisis de abastecimiento de agua potable en la ciudad de La Paz, la tragedia de LAMIA, la suspensión de vuelos del TAM, el gasto de las ineficientes empresas estatales y posiblemente un largo etcétera.

Ahora para proteger al inmaculado líder del “proceso de cambio”, el discurso oficial nos dice que el Presidente Evo Morales “no sabía” y que no estaba informado. Esta es la más clara prueba de la destrucción del aparato institucional del Estado y también demuestra que todas las decisiones son tomadas por el Órgano Ejecutivo. Al parecer los conmilitones olvidan generosamente que “un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo” y que estamos viviendo la decadencia de ese dibujo llamado “proceso de cambio” y que tiene como su “hacedor” a Evo Morales.

   ¿Será qué el “hacedor” algún día podrá ver la imagen de su cara en ese dibujo llamado “proceso de cambio”?
    



[*] Politólogo 

domingo, 27 de noviembre de 2016

Castrismo




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Para gran parte de los latinoamericanos la muerte de Fidel Castro representa la romántica muerte del héroe que luchó todos los días de su existencia contra el imperio del mal. Obviamente, debemos mencionar que esa imagen del “mártir del pueblo” es obra de la propaganda gubernamental del régimen autoritario cubano. En más de 57 años en el poder jamás dio paso a elecciones libres y no existió ningún medio de comunicación independiente.

El dictador de la isla acuño junto con sus más fanáticos seguidores el término “castrismo”. Tal término no es posible identificar un conjunto de proposiciones ideológicas y teóricas que tengan la capacidad de constituir un cuerpo orgánico que pueda referir específicamente a Fidel Castro. Los aspectos más relevantes de la personalidad y de la obra del dictador cubano no deben buscarse, como es sabido, en su “doctrina” y producción teórica, que es escasa.

Desde el punto de vista de la teoría marxista-leninista y revolucionaria, lo que caracteriza el pensamiento del dictador Castro es su evolución progresiva y constante desde las primeras posiciones democrático-radicales hasta un marxismo-leninismo cuyas peculiaridades continúan, por lo menos hasta la vuelta de los primeros años setenta: pragmatismo, empírica y eclecticismo (tanto que se han identificado, de vez en cuando, elementos de populismo, caudillismo, jacobinismo, etcétera).

Según Debray el castrismo es “una acción revolucionaria empírica y consecuente que se encontró con el marxismo durante su camino”, en otras palabras, el castrismo es la base del socialismo cubano. Socialismo que por cierto tiene aún la gran capacidad de repartir la pobreza y miseria a todos sus habitantes por igual, con algunas excepciones como ser: los altos cargos del Partido Comunista de Cuba, los cuales al igual que el finado dictador gozan de lujos que la gran parte de la población sueña y arriesga la vida huyendo en balsas hacia el malvado imperio por un poco de comodidades y un gran sueño de libertad.

Es conveniente, recordar que la revolución cubana se consolida precisamente en los años en que entran en crisis profunda la concepción del estado-guía y las relaciones tradicionales entre los partidos comunistas (la ruptura definitiva entre China y la Unión Soviética, por ejemplo, corresponde a 1963) y, hablando más en general, dentro de la propia izquierda.

El socialismo en Cuba apunta, por lo menos en la primera fase, la propiamente castrista, al desarrollo de la agricultura más bien que al de la industria, como sucedió en cambio tanto en Rusia como en China, y en los demás países socialistas industrialmente atrasados. Esta elección resulta tanto más novedosa respecto de los modelos pasados, sobre todo si se toma en cuenta que la dominación colonial e imperialista había obligado de una manera rígida a la isla a una economía agrícola de monocultivo (caña de azúcar); precisamente por esto, el primer objetivo debió haber sido, con mayor razón, la autosuficiencia económica, cuyo presupuesto era precisamente la industrialización.

El castrismo como modelo fue un fracaso rotundo. Fracaso que el mismo dictador aceptará en un largo y delirante discurso. Es sabido que después de proclamar su fracaso su corte revolucionaria saliera a los medios estatales e internacionales explicando que jamás dijo eso y que al dictador se lo malinterpreta; por otra parte, si algo positivo salió del castrismo fue Little Havana en Miami, donde miles y miles de exiliados de su nefasto régimen sueñan con ver a Cuba libre.

La pequeña Habana es el más claro ejemplo que la libertad jamás se da por vencida y que ni el miedo, ni el terror frenan esa lucha del ser humano por ser libre frente a la tiranía.

El sueño del dictador era ser absuelto por la historia; sin embargo, sus crímenes, su crueldad, sus ansias de poder, su amor por el protagonismo y los aplausos de su oprimido pueblo son un recuerdo permanente de que él jamás será absuelto.




[*] Politólogo 

jueves, 17 de noviembre de 2016

Apuntes sobre la utopía




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Sir Thomas More (conocido también como Tomás Moro), fue un abogado, escritor, político y humanista inglés. Originario de Londres, nació el 7 de febrero de 1478 y murió decapitado el 6 de julio de 1535, tras ser condenado a cadena perpetua, por su enemistad con el rey Enrique VIII. A raíz de que no quiso prestar el juramento antipapista en 1534, siendo encerrado en la torre de Londres, donde pasó un año.

A Moro le practicaron un juicio sumario, siendo condenado a muerte por el delito de alta traición.

Su enorme e incansable curiosidad lo llevó a trabajar en distintas áreas. Pudo destacar en poesía, como pensador, fue traductor y escritor, canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles e incluso abogado.

Utopía se publicó en latín en el año1516 y ha hecho de Tomás Moro uno de los pensadores humanistas más eminentes del periodo del renacimiento. El catolicismo de su autor es indudable, pero, no aparece explícitamente en el texto. De ahí, que Utopía pueda ser leído en diversas claves de interpretación que van desde: religiosas, filosóficas, políticas, etc.

Utopía es una profunda parábola que pretende convertirse en un hacer auténtico. Por algo ese término, “utopía”, fue inventado por Moro, que parece claro que intentaba hacer ver los males sociales y políticos de su época: inflación, corrupción, malos tratos a los pobres, guerras sin ningún tipo de finalidad, ostentación de la corte, abuso del poder y todo aquello que podamos imaginar que son capaces de hacer los hombres con un poco de poder.

Moro describe un mundo ideal, localizado en una isla con una sociedad organizada racionalmente. Utopía es una comunidad que establece la propiedad común de los bienes, el trabajo compartido, los espacios dedicados a la lectura y el arte, la búsqueda de la igualdad disolviendo las diferencias sociales y atisbando elementos democráticos.

No todos los escritores sobre utopías son utópicos. Para serlo es necesario que tengan fe en su imaginación política, es decir, que tengan la capacidad de creer que el mejor de los mundos no es solamente pensable, sino también posible e incluso inevitable, porque la misma fuerza de las cosas nos lleva hacia él. Los sueños y esperanzas suelen ser el motor que mueve a los revolucionarios hacia los sueños utópicos.

 El pensamiento utópico y el diseño de utopías no han sido una mera divagación o una cuestión marginal a lo largo de la historia del pensamiento de occidente. Son numerosas las teorías utópicas y también los intentos de aplicación práctica de las mismas. Podemos nombrar por ejemplo la sociedad ideal de la República de Platón hasta las corrientes altermundistas que tenemos la capacidad de observar en nuestra sociedad, pasando por el buen salvaje de Jean Jacques Rousseau, el mayo francés de 1968 y sin dejar de lado propuestas radicales que, en sus orígenes también fueron utopías como el estalinismo o el nazismo.

En Bolivia podemos mencionar a dos intentos de utopías. La primera, la liderada por Andrés Ibáñez y su liderazgo en el Partido Igualitario. Ibáñez en un acto casi teatral se puso la chaqueta de artesano y dijo ser uno de ellos, de esa manera se hizo con el apoyo masivo de artesanos y diversos gremios de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Obviamente, estás acciones fueron repudiadas por las élites identificándolo como comunista con el sueño de recrear en la capital oriental la Comuna de París; la segunda, es la creación de Fausto Reinaga, la ciudad ideal de Sacambamba es el lugar donde la cosmovisión de los pueblos de los andes conviven con instrumentos de última tecnología, lugar donde convive los usos y costumbres precolombinos con los aparatos de la modernidad.

La utopía esa fuerza que mueve a los hombres a los sueños más sublimes y los aleja de la cruenta realidad.  




[*] Politólogo 

lunes, 7 de noviembre de 2016

¿Cuál es la labor del Colegio Electoral?




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

El 8 de noviembre de 2016 los ciudadanos de Estados Unidos de América irán a las urnas para elegir al próximo presidente. Los dos partidos más grandes de EE. UU., posiblemente tengan la contienda más fuerte en muchos años peleando voto por voto. Empero, las elecciones que viviremos en las próximas horas tienen tintes particulares.

Los partidos políticos más grandes de Norteamérica son el Partido Demócrata (Democratic Party) y el Partido Republicano (Republican Party). Ambos partidos tienen ciertas características. Son partidos de comité y son máquinas electorales. Los comités que conforman estos partidos representan a la élite norteamericana y los candidatos que van a asumir la oportunidad de ser parte de la papeleta electoral deben ganar las encarnizadas elecciones internas de sus respectivos partidos. Se supone que estos comités en sus respectivos partidos optan por elegir líderes que respondan a ciertas características norteamericanas.

Es justamente en éste punto que la elección que todos podremos observar tiene por primera vez a un candidato que es un “magnate” de los negocios, exageradamente popular debido a programas de televisión donde ha participado. Una rara especie de Frankenstein de los medios dueño de la franquicia del Miss Universo y que probablemente muy en el fondo refleja el accionar del ciudadano norteamericano promedio. Por otra parte, tenemos a una ex Secretaria de Estado que tiene más de 30 años en el ámbito político y esposa del Presidente Bill Clinton.

Ambos candidatos luchan por el voto popular, pero, quienes toman la decisión de quien asumirá el cargo de la presidencia son el Colegio Electoral (Electoral College). En éste artículo explicaremos como funciona y cuál será su tarea para la elección del presidente de los Estados Unidos de América.

El Colegio Electoral se encuentra conformado por un grupo de personas designadas por cada Estado y tienen la potestad de elegir al presidente y vicepresidente de los Estado Unidos.

La constitución norteamericana en sus artículo dos, primera sección, clausula segunda especifica cuantos electores tiene derecho a tener cada Estado que conforma la Unión. Desde 1964, las elecciones presidenciales han tenido 538 electores. El número de electores es igual al total de miembros del Congreso de los Estados Unidos que se encuentra conformado por: 435 representantes (Cámara de Representantes), 100 senadores y 3 electores del Distrito de Columbia.

Tanto Hillary Clinton como Donald Trump intentan ganar a los electores de cada Estado para de esa forma superar la barrera de los 270 votos electorales o algo más de la mitad de los 538 votos y de esa forma ganar la presidencia.

Cada Estado que conforma la Unión recibe un número de electores que tiene como base el tamaño de su población. Los censos que se llevan a cabo cada diez años modifican el escenario de los electores en cada Estado debido a la explosión demográfica. Por ejemplo, California cuenta con 55 votos electorales. Debido a que es un sistema electoral de mayoría simple, el candidato que gane el Estado por un voto se queda con los 55 electores. Es por esta razón que los candidatos desean ganar en los Estados con mayor cantidad de electores como ser: New York (29), Texas (38) y Florida (29). Sumando los electores de estos Estados el candidato obtendría 96 votos electores.  Si ganan en Estados como: Dakota del Norte, Dakota del Sur, Wyoming, Montana, Vermont, New Hampshire, Connecticut y Virginia Occidental solamente sumarian 31 votos electorales.

Cada voto cuenta, no importa si es un Estado con numerosos o pocos electores. Todos los votos son necesarios para llegar a los 270 votos electorales. El momento que nos encontremos delante de nuestras pantallas de computadora o televisión debemos tener ese número presente. Porque el candidato que los alcance será el próximo presidente de los Estado Unidos de América en una de las elecciones más reñidas del siglo XXI.




[*] Politólogo 

lunes, 24 de octubre de 2016

Oscurantismo en el Siglo XXI




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Imaginemos que vivimos en la época de la razón y del conocimiento. Esa alarma que conocemos como feminismo se disfraza de igualdad y de derechos que hay que conseguir a toda costa. Sin embargo, no representa ningún tipo de reivindicación de género, simplemente es propaganda.

Todos aquellos que no siguen los parámetros de moda, terminan convertidos en enemigos del movimiento, el cual por cierto cree tener la verdad absoluta e indiscutible sobre el tema en cuestión. Su respuesta es la descalificación: “¿qué sabes tú?”, “¿y a quién le importa tu opinión?”, “¿y qué hiciste tú?”, etc. Se viene una nueva época oscura y tal como mencionaría Manuel Vicent cada vez más cerca de cada uno de nosotros se encuentra la peste.  “La bacteria de la peste llegó en medio de la ignorancia y del fanatismo, caldos de cultivo que todavía perviven. La ropa de los apestados la echaban al fuego y poco después la sustituyeron en la hoguera los herejes y científicos; aquellos vómitos negros no fueron distintos de los ladridos de Hitler y de otros políticos desde las tribunas, pero hoy las pulgas de la peste negra se han refugiado en las costuras de la Red, cuyos enlaces expanden una imbecilidad planetaria con fiebre y delirios en la mayoría de los usuarios, que no cesan de llenar de vómitos todo el espacio. Nuevas ratas siguen llegando por la nueva ruta de la seda.”

El feminismo se ha convertido en una postura personalista, es decir, que ha dejado de ser un lente ideológico para comprender la realidad y ha pasado a convertirse en una válvula de escape de las frustraciones personales disfrazadas de reivindicaciones sociales. Las cuales bajo el calificativo de justas toman las calles y la indignación comienza a correr al igual que la peste por la sociedad. No debemos olvidar que estos románticos movimientos desde sus cimientos proclaman la revolución y que su lucha es una sociedad utópica que debe de imponerse cueste lo que cueste. Hay que terminar a toda costa con el macho opresor.

Los males que ahora nos tocan no son novedosos. Empero, etiquetamos a los crueles y malvados más allá de nosotros. Ahora que vemos una Malala argentina, una Malala boliviana, una Malala peruana, una Malala brasilera, etc. Vemos que están igual o peor que en Pakistán. De repente las mujeres latinoamericanas que empeñaron esfuerzos para destruir el mito de que la violencia contra la mujer se encontraba en otras culturas que profesaban una fe diferente. Sorpresa, hay maltratos en cualquier parte del mundo y América Latina no es la excepción.

Las marchas que tomaron las ciudades latinoamericanas bajo la leyenda de “Ni una menos”, tristemente, pierden su significado. En el caso boliviano cierto grupo feminista casi sectario no acepta ningún tipo de competencia, ellas son las únicas que conocen del tema y atacan con todo lo que pueden a quienes quieren trabajar en sobre el mismo. Tomar las calles carece cada vez más de sentido, se van convirtiendo en una terapia de grupo que expresa sus miedos y frustraciones cada vez que en las noticias pasa un suceso “grave” de violencia de género.

El tema de la violencia no va a cambiar si no es tratado de manera integral, donde todos los ciudadanos participemos para realizar esos cambios. Los pequeños grupos que tratan de adueñarse del movimiento lo único que hacen es ser un aparato de propaganda sin sentido que saldrá a las calles creando nuevas ilusiones en todos nosotros, pero, a largo plazo la realidad seguirá siendo la misma.

Los dogmas traen consigo a los fundamentalismos. Los fundamentalistas en el mundo globalizado son los dueños de la verdad, donde el dialogo y el debate quedan proscritos. Estas con ellos o estas en contra de ellos. El oscurantismo ha regresado y su primer gran paso en el siglo XXI viene con las banderas del feminismo.




[*] Politólogo 

lunes, 17 de octubre de 2016

Periodismo prêt-à-porter




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

El filósofo alemán Jürgen Habermas en su “Teoría de la acción comunicativa” observa que la manera de interrelación social del ser humano cambia de manera más que drástica. De una sociedad que se basaba bajo la idea de ritos y el aprecio de lo sagrado al gran salto del uso del signo lingüístico, con ayuda del pensamiento racional las “verdades” adoptadas por las diversas sociedades son sometidas a la crítica. Esas ideas, esas verdades gracias a los medios de masas van creando ciertas costumbres y así inicia la reproducción cultural. También, menciona que en la evolución histórica mencionada anteriormente los medios consideran una distinción importante: “lo público” y “lo privado” como dos esferas muy diferentes. Para ejemplificar “lo público” serían noticias de interés común como ser la interpelación de un ministro de Estado ante el Parlamento. “Lo privado” vendría a ser lo que hacen en sus vacaciones los “famosos” del medio local, nacional, o internacional y que no son de interés público. Así como no sería de interés público el color favorito de algún gobernador o alcalde.

La globalización, fenómeno que nos tiene a todos conectados a hecho que la información que otrora se movía lentamente, ahora lo hace con total rapidez y gracias a los sistemas expertos y las redes sociales la información se encuentra a un “click” de todos nosotros. Sin embargo, no todo es información de carácter público y gran parte de la información se encuentra en la esfera de “lo privado”. Guy Debord en “La sociedad del espectáculo” menciona que el espectáculo es una imagen invertida de la sociedad, es una sociedad mediada por imágenes. Lo que muestra no es la realidad, sino más bien una placida ficción.

Giovanni Sartori es un poco más apocalíptico, en “Homo Videns: la sociedad teledirigida” nos dice que el Homo Sapiens es ya un recuerdo sin sentido y que el mundo en el vivemos se encuentra dominado por el Homo Videns, el hombre que simplemente ve y cree en lo que ve. La reflexión se convierte trágicamente en un ejercicio del pasado, el hombre ha dejado de lado el pensar y simplemente cree en lo que los medios de comunicación en una sociedad de masas le ofrecen.

    Los productores de los espacios informativos y las famosas revistas matinales saben muy bien que no importa el contenido de sus espacios. Simplemente ofrecen lo que podemos denominar periodismo prêt-à-porter para el consumidor (televidente).

Los ya mencionados espacios televisivos pasan la semana con tres temas centrales: la crónica roja, la crónica rosa y los accidentes de tránsito. El crimen y todo lo que podemos relacionarlo ocupan más del 75% de los informativos; el porcentaje restante es campeado por los accidentes de tránsito los cuales aburren hasta el cansancio, ya que son recurrentes, cosas como por ejemplo el exceso de velocidad, el mal uso del cinturón de seguridad o, en el mejor de los casos gente imprudente que al estar delante de un volante decide beber alcohol en exceso y conducir; la crónica rosa también tiene un sector relevante, la farándula tiene sectores generosos que nos tienen al borde de nuestras emociones.

Los periodistas simplemente siguen órdenes de los productores y su trabajo se convierte en colocar los micrófonos en boca de sus “entrevistados”; olvidando completamente que los “entrevistados” también tienen derecho de no dar ningún tipo de declaración a la prensa. No debemos olvidar que esos espacios informativos cuentan con simples presentadores. Una red nacional puso en evidencia que no importa lo que pase en pantalla, todo se puede solucionar con una bolsa de orégano.

Hace ya un par de semanas Fernanda Gomez una estudiante de la Universidad Católica Boliviana, pudo poner en evidencia el trabajo de los periodistas, los cuales hacen todo por una primicia y no tienen la capacidad de formular preguntas al respecto. Ella, sostenía un letrero que era parte de una protesta ficticia sobre el cierre de un centro nocturno. La reacción de los periodistas fue dejarse llevar por el rumor, por etiquetarla y pocos fueron los que se acercaron y acertaron a hacerle preguntas sobre lo que estaba haciendo.

¿Será que el periodismo ha perdido la capacidad crítica que necesita toda sociedad y ahora simplemente les interesa crear productos vacíos de consumo para la sociedad de masas?






[*] Politólogo 

domingo, 9 de octubre de 2016

34 años en democracia




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Es necesario hacer un breve recorrido por la democracia boliviana que se inauguró un 10 de octubre de 1982 y recordar sus hitos más importantes para saber dónde nos encontramos y los pasos que debemos seguir hacia el futuro.

La sociedad boliviana tiene como “momento constitutivo” la victoria de la democracia un 10 de octubre de 1982. El gobierno de Hernán Siles Zuazo tenía dos grandes retos: el primero, resolver la crisis derivada del sistema Nacional Revolucionario creado en 1952; la segunda, crear instituciones democráticas fuertes. En ambas, su gobierno fue un fracaso y termino renunciando. Continuando con el lenguaje zavaletiano otro “momento constitutivo” sucede en 1985 con el Decreto Supremo 21060 y la nueva política económica. Fue Víctor Paz Estenssoro quien puso fin al sistema Nacional Revolucionario que él mismo creo tras hacerse con el poder en la revolución de abril de 1952. Estos dos hitos marcan el principio de la joven democracia boliviana.

 En 1989 los bolivianos pasamos por el “empate catastrófico”, el “triple empate”, tuvo como solución el cruzar puentes sobre “ríos de sangre”. Por primera y única vez en nuestra historia quien había resultado tercero en elecciones generales se convierte en presidente de Bolivia. La “banda de los cuatro” había cometido su fin y Jaime Paz Zamora es presidente de Bolivia pactando con Hugo Banzer Suárez quien en la década del 70 perseguía a los militantes del MIR del cual Paz Zamora era su jefe máximo. El gobierno de Jaime Paz Zamora evidencio que en democracia el pacto político era necesario. Pacto político que fue mal entendido en una incipiente democracia como la boliviana.

El periodo de los 90 del siglo XX es rotundamente importante para comprender la apropiación de la sociedad del ejercicio ciudadano. En el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada el año 1995 es clave para comprender las acciones tomadas en el siglo XXI. Dos reformas son la base del Estado boliviano. La Participación Popular tiene una ambición más allá de llevar los recursos del Estado a los nuevos municipios, es también, llevar el Estado a los ciudadanos que se encuentran lejos del eje troncal. La actual autonomía es una evolución de la participación popular, la cual por cierto, fue y es mal comprendida por gran parte de los bolivianos. Empero, es una base institucional y modernizadora de la administración del Estado. La capitalización fue una reforma desbordante en una democracia joven y en una sociedad que a momentos confundía la libertad con el libertinaje. Actualmente esa medida es totalmente criticada. Olvidando de manera generosa los bonos sociales que se crearon gracias a ella como ser: el Bonosol que hoy lo conocemos como la Renta Dignidad.



Comenzando el siglo XXI observamos la radicalización de los discursos campesinos con base en el Chapare y el descontento de la población por las coaliciones gobernantes que entendieron el pacto político como la excusa para tener un pedazo de poder. Claro ejemplo de la avaricia partidaria es el gobierno de Hugo Banzer Suárez gracias a la conocida megacoalición. El año 2003 es el punto de quiebre, donde las coaliciones de gobierno no representan a grandes sectores de la población y medidas antipopulares como el impuesto al salario o el rumor de exportar gas por puertos chilenos desencadena olas de violencia donde Sánchez de Lozada debe renunciar a su segundo mandato. Hasta el año 2005 el escenario de gobernabilidad es incierto y lleno de indecisiones.

Evo Morales se hace con el poder en 2005. Entre sus medidas de gobierno se llevan a cabo la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos que fueron capitalizados en la década del 90 del siglo pasado. También es la clara muestra de que la sociedad boliviana no admitía las coaliciones partidistas. Con el pasar de los años se radicalizo el discurso del partido gobernante. Bajo ideas de izquierda intenta gobernar bajo la tuición de los movimientos sociales. Siendo ese el escenario en el cual vivimos es prudente saber qué son esos llamados movimientos sociales.

Sobre los movimientos sociales hasta hoy en día no existe una teoría satisfactoria sobre esta problemática. Sin embargo, podemos hacer un bosquejo, en el cual encontraremos dos vetas de reflexión de los pensadores clásicos. Por un lado tenemos a Ortega y Gasset, Tarde y Le Bon quienes se preocupan de sobremanera por la incursión de las masas dentro del escenario político y observan en el comportamiento de la multitud (comportamiento colectivo), una nefasta manifestación de irracionalidad, existiendo así una devastación del orden existente. Por otro lado tenemos a Marx, Weber y Durkheim, aunque con implicaciones distintas, veían en los movimientos colectivos una modalidad de acción social que van desde formas de solidaridad más complejas, la transición del tradicionalismo hacia lo legal-burocrático o la explosión revolucionaria, respectivamente. En todos los autores mencionados, se encuentran presentes algunos motivos comunes en el análisis de los comportamientos colectivos y de los movimientos sociales: acentúan en la existencia de tensión dentro la sociedad, la individuación de un cambio, la observación del paso de un estadio de integración a otro mediante transformaciones sean como fuere inducidas por los comportamientos sociales.



El partido gobernante ha olvidado que tales sectores tienen pedidos meramente particulares. Claro ejemplo del agotamiento de esa forma de gobernar es el conflicto con los cooperativistas mineros y la muerte de un Viceministro. La prebenda y el clientelismo son la base para mantener contentos a esos movimientos sociales y el tratar de ir en contra sus intereses es contar con un aliado menos que actuara con violencia por volver a tener los favores del partido gobernante y beneficiarse del Estado. El pedido de tales movimientos sociales parece tener más peso que la ciudadanía en su conjunto, ya que el partido gobernante en diciembre piensa considerar el pedido de una re-elección más del Presidente Evo Morales debido a la existencia de más de 100 resoluciones de éste tipo de organizaciones. Dejando de lado la derrota del referéndum vinculante del 21 de febrero.

Un 17 de octubre de 2003 en el Congreso a las 21:30hrs se dio lectura a una carta de renuncia en la cual ya profetizaba el problema con los pedidos de grupos corporativos. Entre sus partes más importantes mencionaba: “Bolivia está viviendo horas cruciales. La democracia está bajo el asedio de grupos corporativos, políticos y sindicales que no creen en ella y la utilizan según sus conveniencias.”



El futuro una vez más es incierto. Afortunadamente, no todo se encuentra perdido. El pacto político juega un papel muy importante para las nuevas generaciones. El pacto político entendido como dialogo, como la base para escuchar al otro, tolerarlo, entenderlo y compartir ideas. Contra la nefasta hegemonía del poder por un único proyecto que no encuentra delante suyo ciudadanos, sino simplemente enemigos.



[*] Politólogo 

lunes, 3 de octubre de 2016

La paz NO se condiciona




Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

Los colombianos han hecho historia el 2 de octubre de 2016. Con el 50,2% de los votos le dijeron NO y rechazaron el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra 49,7% que le dijeron sí al acuerdo. No debemos olvidar que éste proceso electoral conto con el 60% de abstención. El romanticismo del “sí” no pudo cambiar la realidad del escenario catastrófico de más de 50 años de conflicto armado donde el 80% de afectados son ciudadanos. El borrón y cuenta nueva que representaba el “sí” por la paz no pudo desaparecer bajo el tapete el dolor de miles de familias colombianas que perdieron a sus seres queridos. La victoria del NO representa que los ciudadanos le dicen a su gobierno y a la guerrilla que la paz NO se condiciona.

El expresidente Álvaro Uribe que encabezaba el voto por el NO mencionó a los medios de comunicación que “la paz es ilusionante, los textos de La Habana son decepcionantes”. Después de la victoria del NO en el plebiscito, podemos estar seguros que actuó el espíritu crítico. Al respecto Enrique Fernández mencionaba hace un par de meses que “Cuando es una manifestación del espíritu crítico, ese par de letras surge tras un análisis profundo y auténtico que realiza quien lo emplea. No pensamos, por lo tanto, en la negativa que llevan a cabo seres caprichosos, sin deseos de luchar contra sus prejuicios, supersticiones e insuficiencias. Es innegable que cualquiera puede pronunciar esa voz, incluso escribirla con letras descomunales, salvo si alguna patología se lo impide. Lo que no todos pueden hacer es sostener esa posición frente a variados detractores. Más no se debe imaginar solo al prójimo que rechaza tal postura, pues podemos ser también nuestros propios enemigos. No es infrecuente que alguien se proclame cansado de una situación determinada y, poco después, se retracte, sea expresa o tácitamente. El desafío es ser consecuentes con esa decisión”.

El escenario colombiano es complicado como en cualquier otra zona del mundo donde existe un conflicto armado. La impopularidad de la guerrilla y el control que tiene en varias zonas del país es muy conocida por la ciudadanía colombiana. Además, hay que mencionar que estos territorios tienen su “propia moneda” que es la pasta base de cocaína y su cuidado a plantaciones de coca y “cobro de impuestos” a los narcotraficantes para llegar a su materia prima ha salido en medios internacionales gracias a documentales. El acuerdo FARC-Gobierno tenía entre sus puntos que los líderes guerrilleros podían participar activamente en política y que ninguno asumiera responsabilidades sobre sus crímenes. Es posible que esos puntos del acuerdo hayan calado en gran parte de los votantes que irían por el “sí”.

El resultando también demuestra la polarización del escenario político colombiano. Sin embargo, tiene la capacidad de mostrar al mundo que la paz se debe construir y seguir trabajando para conseguirla, ya que el romanticismo de un “sí” no hubiera podido convertir a los guerrilleros de la FARC en beatos de la noche a la mañana. La paz en Colombia es un proceso de largo plazo donde uno de sus pasos más importantes es el cese al fuego y la futura transformación de guerrilleros a ciudadanos.

Colombia le ha demostrado al mundo el valor de la democracia y el ejercicio de la ciudadanía. El NO representa que la paz no debe tener condiciones y que debe ser construida por todos.  




[*] Politólogo