miércoles, 27 de diciembre de 2017

Sobre el conflicto médico y el trabajo parlamentario




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

En Bolivia el Código del Sistema Penal Boliviano promulgado por el presidente en ejercicio Álvaro García Linera, nos demuestra por un lado: que la revolución comenzada hace más de diez años no tiene frenos, que el debate, el diálogo son cosas del pasado neoliberal y prerevolucionario. Al momento de promulgar el código nos demostró el carácter totalitario del Movimiento Al Socialismo: “las cosas están consumadas he firmado el nuevo código de procedimiento penal, se acabó el debate ya no hay nada más que hacer. Hay que aplicar el Código”; por otro lado, nos demuestra el deficiente trabajo parlamentario, no solamente de la oposición, sino también del oficialismo. Aunque a estos últimos quedan indultados por la historia, debido a que las revoluciones barren con todo lo que tienen en frente, su accionar siempre será desastroso, tal como lo evidencia Walter Benjamin en su Tesis sobre la filosofía de la historia donde el Angelus Novus tiene un parecido similar al ángel de la historia que avanza sin cesar y cuando para y observa para atrás ve el desastre acaecido por su furibundo paso, lo mismo sucede con las revoluciones.

Los médicos en Bolivia se encuentran cerca de los 40 días de paro, debido al artículo 205 del Código del Sistema Penal que criminaliza la profesión de la medicina, los días pasan y radicalizan la protesta, huelgas de hambre y bloqueos de avenidas, calles y carreteras de parte de profesionales en salud se establecen en todo el territorio. Empero, esto no parece molestar en lo más mínimo al gobierno que dio un ultimátum a los dirigentes del Colegio Médico de Bolivia, ya que la salud pública depende del Estado, el gobierno tiene la posibilidad de restituir el servicio a la población a mediados del mes de enero de 2018 con médicos llegados de Cuba y Venezuela. Así minimizar el conflicto y quitar una medida de presión a los galenos. El presidente Evo Morales en vez de realizar una apertura al diálogo mencionó: “No es posible que algunos médicos ya se sientan como confesos en temas de negligencia médica, cuestionar el artículo 205 del Código significa ser confesos en negligencia médica”.

Aunque los médicos tomaron medidas extremas, son habituales y casi parte del acervo del folclore nacional. El conflicto va más allá de los médicos, ya que diferentes colegios de profesionales como el de abogados, los ingenieros y los auditores, junto con el sector del transporte se van plegando a la protesta. Los dirigentes de los profesionales en abogacía mencionan que el código es un homúnculo, que el artículo 205 no solamente criminaliza la práctica médica; sino también, criminaliza todas las profesiones y oficios. El código además criminaliza la protesta en un artículo denominado “atribución de los derechos del pueblo”. De esta forma avanza la revolución democrática y cultural en Bolivia, criminalizando y quitando libertades de todos los ciudadanos que se oponen al régimen.

Lo que nos debe llamar la atención es el nulo trabajo parlamentario, donde nuestros representantes se han olvidado que la Asamblea Legislativa Plurinacional más allá de ser una máquina creadora de leyes (a favor del régimen) es un lugar de debate y diálogo. Ya a mediados del siglo XX, Manuel Rigoberto Paredes en Política Parlamentaria en Bolivia mencionaba: “La ineptitud intelectual constituye en política una gran cualidad” y podemos evidenciarlo en la actualidad. Nuestros legisladores, del oficialismo y la oposición no tienen ningún tipo de sonrojo, ya que al momento de tratar el Código del Sistema Penal Boliviano desconocían sobre la existencia de la bioética y de sus cuatro principios: de autonomía, de beneficencia, de no maleficencia y de justicia. Estos cuatro principios son parte de la profesión médica y son negados por el código creado por nuestros congresistas. Ante su ineptitud, los médicos, los profesionales en diferentes áreas y el gremio del transporte parecen sumarse a las medidas tomadas por los galenos, ya que nuestros representantes fracasaron al realizar su trabajo. Los errores de nuestros parlamentarios, deben encontrar lamentablemente soluciones en las calles.   
   






[*] Politólogo 

martes, 5 de diciembre de 2017

Simulación Democrática



Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

La búsqueda del populismo por el poder total no tiene freno, ni diferencia ideológica, ya que no importa que los gobernantes sean de izquierda o de derecha. El único proyecto que tienen es la toma del poder por el poder. En Bolivia el 28 de noviembre el Tribunal Constitucional Plurinacional dio luz verde a la cuarta reelección de Evo Morales. Para tal decisión el T.C.P. en su fallo menciona la aplicación preferente de la Convención Americana sobre Derechos Humanos por ser una norma más favorable sobre derechos políticos. Declarando inconstitucionales cuatro artículos de la Constitución Política del Estado (156, 168, 285.II y 298) y cuatro artículos de la Ley del Régimen Electoral [64 inc. d), 65 inc. b), 71 inc. c) y 72 inc. b)].

Al gobierno parece no importarle las cuestionantes que plantea dicho fallo: sí un órgano estatal puede declarar la inaplicabilidad de la Constitución Política del Estado, ¿qué norma es realmente aplicable?, ¿cuál es el límite?, ¿dónde queda la seguridad jurídica? Son preguntas que no tendrán eco ni respuesta de los órganos que administran el Estado boliviano. Tras el fallo la ciudadanía encabezada por los jóvenes tomó las calles en protesta por la decisión, ya que el año 2016 un referéndum negó a las altas autoridades del país ir a una futura reelección. Es bajo ése peculiar escenario que el pasado 3 de diciembre se llevó a cabo las elecciones judiciales.

Para la oposición al régimen de Evo Morales las elecciones del 3D tenían el carácter de un plebiscito donde una vez más los bolivianos le dirán no a una cuarta reelección. Empero, más allá de la contundente victoria de los votos nulos las actuales autoridades no parecen preocuparse por la baja legitimidad de los magistrados electos. El 3 de diciembre Bolivia vivió una simulación democrática, el fallo del T. C. P. destruye el Estado de derecho y es la muestra clara de que el Órgano Ejecutivo domina a placer tres de los cuatro órganos que conforman el Estado: el Órgano Ejecutivo, el Órgano Legislativo y el Órgano Judicial. El Órgano Electoral se encuentra supeditado a los tres órganos anteriormente mencionados y puede sufrir una fuerte caída en su credibilidad e independencia sean cuales fueren los resultados de las elecciones judiciales. El mayor perdedor del proceso electoral único en el mundo para la elección de las más altas autoridades judiciales será el Órgano Electoral Plurinacional que tendrá que afrontar las elecciones generales posiblemente siendo mal vista por gran parte de la población.


Simular que aún vivimos en una democracia es la principal arma de los populistas y el Movimiento Al Socialismo partido gobernante lo sabe. Nicolás Maquiavelo mencionaba en El Príncipe que un buen príncipe debe crear las condiciones para que el pueblo crea que toma las decisiones importantes y estos deben elegir entre las opciones que la autoridad al mando les da. Esto es lo que ha ocurrido en Bolivia el 3D. Los postulantes a magistrados fueron elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional donde el partido gobernante tiene los 2/3 en ambas cámaras. Participó el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, desmarcándose únicamente la Universidad Mayor de San Andrés. El C.E.U.B. tenía como fin ver las actitudes académicas y las competencias de los postulantes. El show fue armado e interpretado a la perfección y una vez más la oposición al régimen simplemente hizo acto de presencia frente al avance del Proceso de Cambio. Todos, fueron las fichas que el gobierno las movió magistralmente. Cabe mencionar que el 70% de los postulantes a magistrados fueron funcionarios en distintas instituciones estatales.

El gobierno boliviano demuestra cada vez más sus ambiciones totalitarias y tiene obnubilada a la población con el simulacro democrático y el supuesto Estado de derecho existente. Prefiere que las multitudes salgan a las calles reclamando que cada día que pasa la democracia se encuentra en agonía; mientras las masas toman las calles el gobierno sigue su avance hacia el poder total y el próximo golpe es hacia la libertad de prensa con el Proyecto de Ley N° 414/2017-2018: de Información Responsable. 

          







[*] Politólogo 

martes, 24 de octubre de 2017

Disociación colectiva de la realidad




Jorge Roberto Márquez Meruvia[1]

Más allá de los análisis celebratorios que existieron sobre las movilizaciones del 10 de octubre en defensa de la democracia, la forma en que el gobierno minimizó los mítines en todo el país. Es indudable que las movilizaciones fueron meramente sentimentales. Las emociones salieron y tomaron las calles y es posible que el Movimiento al Socialismo saque a sus conmilitones en defensa de la futura reelección del Presidente Evo Morales.

Para poder interpretar lo que sucede actualmente en Bolivia necesitamos volver a octubre de 2003. Carlos Mesa Gisbert menciona en Presidencia Sitiada: memoria de mi gobierno que Gonzalo Sánchez de Lozada utilizó la paradoja del objeto inamovible y la fuerza irresistible para explicar los sucesos que pasaron en febrero y octubre. El 17 de octubre se dio el choque de la fuerza irresistible contra el objeto inamovible, donde la fuerza quebró al objeto. A partir de ése momento se configura el actual escenario político boliviano, la fuerza irresistible tenía representación política: Evo Morales y el Movimiento al Socialismo; al igual, que el objeto inamovible era Gonzalo Sánchez de Lozada y la cúpula del Movimiento Nacionalista Revolucionario.



El Movimiento al Socialismo es el nuevo objeto inamovible camino a doce años en el poder y las movilizaciones del 10 de octubre de 2017 nos demuestran que no existe una fuerza irresistible con representación política, la ciudadanía acéfala salió a las calles. Ciudadanía y activistas ciudadanos que creen ingenuamente que el quehacer político es execrable y que no dan el salto hacia la política. Para el gobierno esas movilizaciones son demasiado cómodas, no los saca de su espacio de confort. Las movilizaciones nos muestran el choque de Evo Morales y el MAS contra la nada y el gobierno lo sabe muy bien. No existe la fuerza irresistible que los mueva del poder, el discurso gubernamental cada día, demuestra sin ningún tipo de sonrojo que llegó para quedarse. No importa lo que digan los opositores, no importa lo que piensen los ciudadanos, ni las cada vez aburridas historias del Presidente y Vicepresidente en cualquier acto. El objeto inamovible demuestra su poder ante la no existencia de una fuerza irresistible con representación política.

La ciudadanía parece que olvida de manera muy generosa que la democracia moderna, tal como la conocemos tiene como base la representación del soberano, del pueblo, del ciudadano, del individuo. Estos representantes salen de los partidos políticos. Empero, se los excluye o se autoexcluyen de las movilizaciones ciudadanas, como si los políticos no gozaran de derechos ciudadanos. Posiblemente, estos representantes políticos tienen pocas luces y muchas sombras en su accionar. Poco a poco la sociedad boliviana los deja de lado y no logran representar a las nuevas mayorías nacionales. La crisis de los partidos políticos es más que evidente, no han tenido la capacidad de formar nuevos lideratos y de lograr un cambio generacional. Estando relativamente cerca de unas elecciones generales es indudable que los partidos políticos bolivianos hace más de 10 años siguen bajo los esquemas de los viejos líderes y el partido de gobierno es el ejemplo indiscutible.

La revolución democrática y cultural, el Proceso de Cambio demuestra día que pasa que juegan la carta democrática de manera utilitarista, mientras les convenga se llamará al pueblo a las urnas y en caso de perder una contienda por el voto ciudadano (como en el caso del referéndum del 21 de febrero de 2016) no se la reconocerá, ya que fue una derrota a base de mentiras y el pueblo fue engañado, donde la única verdad que se debe creer es la que sale de Palacio Quemado.

Una vez más el futuro es incierto. Por un lado el partido de gobierno hará realidad una próxima reelección inconstitucional y en contra del referéndum del 21F de Evo Morales, quien le hace sombra y puede quitarle los 2/3 del congreso no es candidato y aparece permanentemente con una puntuación interesante en las encuestas; por otro lado, los ciudadanos y activistas ciudadanos no creen en la política, y los partidos políticos y sus líderes van cada vez más perdiendo representación.

Estamos sufriendo una severa disociación colectiva de la realidad.


[1] Politólogo 

martes, 5 de septiembre de 2017

¿A qué precio?




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

El café del Club de La Paz tiene un sector conocido popularmente como el muro de los lamentos. Desde principios del siglo XX los intelectuales y políticos bolivianos se reunían ahí para hablar sobre el catastrófico porvenir de Bolivia. Entre los miembros ilustres del muro de los lamentos encontramos a Mamerto Urriolagoitia y Enrique Hertzog, entre otros. Imaginemos ése muro de los lamentos como un elemento simbólico que podemos desplegarlo a cualquier parte del país por ejemplo al oriente boliviano.

Es en Santa Cruz de la Sierra en un prestigioso hotel del segundo anillo donde el muro de los lamentos hace presencia discutimos con algunos amigos que tienen un apego casi amoroso al tabaco (viciosos) sobre el futuro de Bolivia. La primera reacción es una carcajada desaforada, ya que hay que tocar el tema con seriedad. Lo que nos llama la atención es el desprecio gubernamental por la naturaleza, todo indica que no podemos aprender del desabastecimiento de agua en la ciudad de La Paz y del casi eterno problema de Cochabamba por el líquido elemento. Las hidroeléctricas que son parte de los proyectos gubernamentales inundaran grandes sectores de bosques y selvas, destruyendo consigo a fauna y flora. La carretera que pasará por el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure será la entrada para extractivistas de recursos naturales de toda laya y permitirá en un futuro explotar los recursos de las demás áreas protegidas del país.

Las elecciones judiciales son un chiste mal contado del impulso revolucionario del gobierno, parece que la clase política olvida el 60% de votos blancos o nulos y los magistrados elegidos gozan de muy baja legitimidad. El proceso de selección de magistrados por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional nos confirma el excelente estudio y descripción de los parlamentarios bolivianos llevado a cabo por Manuel Rigoberto Paredes en Política Parlamentaria en Bolivia donde menciona: “La ineptitud intelectual constituye en política una gran cualidad”. Las actuaciones del oficialismo y la oposición son totalmente deleznables, convirtiéndose en la muestra de chabacanería popular que forma los espacios de entretenimiento de los noticieros. Las elecciones judiciales son la toma del órgano judicial y que se resiste a ser reformado. Pensar que con una elección de distinguidos desconocidos el sistema judicial llegue a mejorar es parte de la ingenuidad revolucionaria.

En vista de que nos encontramos cerca de elecciones generales es jocoso ver que las encuestas manejan como grandes candidatos a Calos Mesa Gisbert quien no tiene intenciones de postularse a la presidencia y Evo Morales Aima quien se encuentra imposibilitado por la constitución y el referéndum del 21F. El resto simplemente se encuentran nombrados por figurar y en ellos se puede aplicar una máxima de Ludwing von Mises: “lo peor que le puede pasar a un socialista es que su país sea gobernado por socialistas que no son sus amigos”.

Al caer la velada vino la profecía apocalíptica, nos inspiramos en Quevedo y su famoso “creyendo lo peor, casi siempre se acierta”. El peor de los escenarios posibles es que se cancelen las elecciones generales y que el 22 de enero de 2020 sesione la Asamblea Constituyente la cual será conformada por los actuales parlamentarios donde el MAS tiene mayoría. Recordemos que la ALP ya cuenta con representantes indígenas y es posible que abran un pequeño espacio para representantes de los movimientos sociales afines al gobierno. La excusa para tal bajeza e infamia sería que la actual constitución no fue la originaria de Sucre, ni de Oruro, tuvo que pasar por manos del parlamento neoliberal quienes hicieron modificaciones que no logran que avance la revolución democrática y cultural. Esperamos errar en la profecía. Sin embargo, nos llama la atención el hecho de que el fanatismo se apodera de la política. Un ejemplo de ese accionar son declaraciones como: “no soy del MAS, soy evista”, “sin Evo no hay futuro” que fácilmente son muy parecidas a: “no soy del Partido Nacional Socialista Alemán, soy hitleriano”, “sin el Führer no hay futuro”.

¿A qué precio? Al de nuestras libertades y la democracia. Así descubriremos que las revoluciones no dialogan ni debaten.  

  




[*] Politólogo, Subdirector de Gaceta Hoy

miércoles, 16 de agosto de 2017

La inevitable carretera por el TIPNIS




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

Gran parte de la población de América Latina tiene una idea romántica de los indígenas del continente y de la forma de vida precolombina. Piensan ingenuamente que las arcaicas formas de organización social respetaban a la madre naturaleza y que existía la igualdad entre los hombres. Es el mito del buen salvaje del Edén inexplorado que guarda grandes conocimientos ancestrales, amor y cuidado por la naturaleza. La realidad nos muestra cosas muy diferentes, los grandes imperios de América antes de la conquista eran sociedades autoritarias, colectivistas y predadores de la naturaleza. Hasta el día de hoy los latinoamericanos aún conservamos esos hábitos, nos agradan de sobremanera los líderes fuertes e indiscutibles: Castro, Morales y Chávez son los representantes contemporáneos de nuestro apego no solamente al autoritarismo, sino también, al colectivismo que viene de la mano de las sangrientas y empobrecedoras revoluciones socialistas.

Los grandes avances del denominado Socialismo del Siglo XXI son amplios en el campo de la retórica. Bolivia es un ejemplo de como el fervor revolucionario se convierte en discursos carentes de sentido. El denominado Proceso de Cambio no puede todavía cumplir con sus promesas imposibles. Gran parte de los bolivianos añoran todavía en ser la Suiza de América, aunque tal pretensión es irrealizable, Bolivia goza de una cualidad del territorio suizo: no cuenta con una salida al océano. Entre otras de las locuras discursivas encontramos las odas que se hacen a los indígenas, sus sagradas tradiciones pre-modernas, las autonomías y el cuidado de la madre naturaleza. El gobierno boliviano a la cabeza del presidente Evo Morales recorre los foros internacionales como uno de los principales defensores de la Pachamama (Madre Tierra), la cual en manos del imperialismo y las potencias coloniales se desangra por ser explotada sin piedad para enriquecer a unos pocos y mantener a gran parte de la población mundial en la pobreza.

El mito del indígena es usado hábilmente por el gobierno donde los ingenuos (que en todas las sociedades son la inmensa mayoría) creen muy fácilmente en ancestros que lucharon por mejores días. Túpac Amaru y Túpac Katari simplemente pedían el reconocimiento de sus derechos políticos a la corona. Empero, estos datos no son conocidos por la población y caen en el embrujo de los demagogos que los utilizan como la punta de lanza para volver a un pasado glorioso plagado de romanticismo. Si algo debemos agradecer al gobierno del Movimiento al Socialismo a la cabeza de Evo Morales es que ellos son los principales destructores del ideal del indígena como protector de la naturaleza.

La carretera que atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure es la muestra clara de que los seres humanos quieren gozar de las comodidades que da la modernidad para cada día vivir mejor. Donde el “vivir bien” es un eslogan hábilmente explotado y que la ardua tarea de descolonizarnos es un fracaso constante. También, nos muestra que las marchas a favor o en contra de la construcción de la carretera son una muestra clara de nuestro fecundo y siempre sorprendente folclore, no sirve para cosas prácticas pero, nos ayuda a sentirnos mejor al igual que bailar una morenada, un caporal, o un taquirari en carnaval. El haber levantado la intangibilidad al TIPNIS es el primer paso para la explotación de recursos naturales en parques nacionales y protegidos a nombre del progreso y el desarrollo.

Nuestros delirios de desarrollo no nos dejan comprender lo importante y vital que es la naturaleza y al igual que Trump nuestros gobernantes creen que el cambio climático es un invento para postergar a los pueblos del mundo en la más deprimente pobreza. Al paso que vamos la selva amazónica y los grandes nevados andinos serán un recuerdo de nuestro atraso en el contexto mundial. La revolución democrática y cultural es un revolver, donde la carretera por el TIPNIS es la bala para el macabro juego de la ruleta rusa de la gobernabilidad en Bolivia. El actual gobierno aprendió que como no podrá quedarse con el poder de forma indefinida debe desestabilizar y crear caos para estar siempre presente en la vida política boliviana.





[*] Politólogo, Subdirector de Gaceta Hoy

miércoles, 19 de julio de 2017

Bolivia: nuestra televisión basura de cada día




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

La pobreza en Bolivia no solamente es económica, sino también cubre todo lo que podemos imaginar. Hace un par de semanas atrás un popular cantante de los 90’s inició una campaña contra la televisión basura. Según su criterio, la televisión basura es un programa local de farándula de Santa Cruz de la Sierra. Para que sus seguidores no estén aturdidos y confundan sus buenas intenciones para con la cultura y los valores de nuestros hijos, mencionó que los programas nacionales que podrían encajar en el concepto de televisión basura no lo son, ya que los participantes de estos reality show firman un contrato con las televisoras y tienen el derecho de mostrar su podredumbre ante las cámaras; pedía al pueblo boliviano apoyar una petición para acabar con la televisión que destruye y muchos bolivianos apoyaron sin la más mínima crítica. La voz del pueblo y del gran artista era pedirle al Estado crear un ente regulador de la televisión basura por el bien de nuestros hijos.

Alcides Arguedas mencionaba en Pueblo Enfermo: “La idea de grande nos es familiar y común. Las montañas pasman; los ríos son enormes brazos de mar; las llanuras desmesuradas hacen concebir la idea del infinito. Fauna y flora muestran una variedad y riqueza sorprendentes; los sentidos están hechos para percibir lo enorme, lo grandioso; y la imaginación sólo concibe lo mejor y lo perfecto. Poco curiosos, no teniendo al alcance de la vista sino el espectáculo de nosotros mismos, ignoramos el valor de lo demás. Circunscrito el país dentro de sus propias fronteras, sin contacto frecuente con las demás naciones, sólo le interesa la contemplación y la valoración de sus propios medios.” Los productores de televisión y presentadores posiblemente creen ingenuamente que son insuperables y que dan a la audiencia los mejores contenidos. Llegan a contemplarse en el espejo con tanto brillo que los deja obnubilados y no logran ver los errores garrafales que cometen, ni tampoco logran ver otros contenidos televisivos extranjeros.

La pelea contra la TV basura es una lucha perdida. Las televisoras bolivianas son pobres, les resulta más barato importar contenidos malísimos de Perú, México, Brasil, Argentina y Colombia. Los programas que se presentan en horarios estelares son franquicias a cual peor y parecen que cumplen con las expectativas de los televidentes. Esto se puede evidenciar incluso en las famosas revistas matinales las cuales bajo la excusa de informar y alegrar nos dan a conocer noticias que no merecen la pena y con la excusa de humor ponen en pantalla las expresiones más ordinarias y chabacanas de supuestos humoristas que son parte del equipo de presentadores. La Revista Al Día de Bolivisión descubrió que se comienza a lucrar con la fe. Seguramente, desconocen cosas como la venta de indulgencias llevada a cabo por la iglesia católica hace siglos atrás. Lo que es más preocupante es que usan como base una página de Facebook que hace sátira de las iglesias cristianas; estos presentadores parecen desconocer los significados de la ironía, la sátira y la burla.

El filósofo alemán Jürgen Habermas en su Teoría de la acción comunicativa observa que la manera de interrelación social del ser humano cambia de manera más que drástica. De una sociedad que tenía como base los ritos y el aprecio de lo sagrado al gran salto del uso del signo lingüístico, con ayuda del pensamiento racional las “verdades” adoptadas por las diversas sociedades son sometidas a la crítica. Esas ideas, esas verdades gracias a los medios de masas van creando ciertas costumbres y así inicia la reproducción cultural. También, menciona que en la evolución histórica mencionada anteriormente los medios consideran una distinción importante: “lo público” y “lo privado” como dos esferas muy diferentes. Para ejemplificar “lo público” serían noticias de interés común como ser la interpelación de un ministro de Estado ante el Parlamento. “Lo privado” vendría a ser lo que hacen en sus vacaciones los “famosos” del medio local, nacional, o internacional y que no son de interés público. Así como no sería de interés público el color favorito de algún gobernador o alcalde.

          Giovanni Sartori es un poco más apocalíptico, en Homo Videns: la sociedad teledirigida nos dice que el Homo Sapiens es ya un recuerdo sin sentido y que el mundo en el vivemos se encuentra dominado por el Homo Videns, el hombre que simplemente ve y cree en lo que ve. La reflexión se convierte trágicamente en un ejercicio del pasado, el hombre ha dejado de lado el pensar y simplemente cree en lo que los medios de comunicación en una sociedad de masas le ofrecen.

          Para terminar podríamos parafrasear a Umberto Eco y así como Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas, la televisión le abre las puertas a los idiotas.






[*] Politólogo, Subdirector de Gaceta Hoy

lunes, 19 de junio de 2017

Facho Zambrana




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

En junio de 1988 durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro los bolivianos vivimos el único hecho de censura donde el aparato estatal cerró un medio de comunicación. La Dirección General de Telecomunicaciones clausuró por un año a Radio y Televisión Popular. Lo que desató el accionar del gobierno en ese entonces fue un programa transmitido en vivo donde Roberto Suárez Gómez el “Rey de la cocaína” acusó al presidente Paz de ser el “Virrey de la cocaína”. Ya pasaron 28 años de la única censura a un medio de comunicación en el país en 35 años de democracia ininterrumpida. Ahora en pleno siglo XXI el popular cantautor Fabio Zambrana lidera una campaña de censura que pretende cerrar un programa de televisión de farándula, ya que según su criterio es TV basura y destruye vidas. La campaña conocida por la población se llama “Construir no destruir” tiene como fin sacar del aire al programa “Divinas y famosos” que se transmite por una red local en Santa Cruz de la Sierra.

La campaña liderada por Facho Zambrana tiene un alto apoyo popular. Sin embargo, quienes lo apoyan no logran comprender el peligro que corre la libertad de prensa, la libertad de expresión y libertad de conciencia al seguir ciegamente al autodenominado líder de la moral televisiva. Eso demuestra que gran parte de la sociedad boliviana bajo la excusa de cuidar una sociedad conservadora que vale oro en realidad, demuestra que la bolivianidad tiene una característica santurrona y mojigata. Claro ejemplo de las actitudes mencionas es, que siendo Bolivia un Estado laico, los feriados religiosos siguen siendo respetados y todas las instituciones del Estado siguen sacando autos de buen gobierno y prohibiendo el consumo de bebidas alcohólicas. Sabiendo que esas acciones son inconstitucionales. Esto convierte a la sociedad boliviana en un rebaño que tiene la necesidad de ser guiado por los gobernantes de turno. Se anula al individuo y se fortalece la conducta gregaria.

Muchos entusiastas seguidores de la utopía santurrona y mojigata de Facho Zambrana al parecer no saben que la campaña no solamente es para sacar del aire un programa de farándula. Al parecer desconocen que también es un pedido para que las autoridades gubernamentales creen un ente regulador de la TV basura. Los bolivianos en su conjunto parecen haber olvidado que el gobierno del presidente Morales Aima tiene una campaña sistemática de persecución contra los medios de comunicación independientes. La censura impuesta por el gobierno contra los medios la conocemos como “cártel de la mentira” y recordemos la persecución a periodistas que llegaron incluso al exilio. Andrés Gomes Vela y Gonzalo Rivera fueron retirados de sus respectivos medios de comunicación al ser estos advertidos por las autoridades que ya no iban a recibir propaganda estatal si estos periodistas seguían trabajando en los mismos. La persecución a Amalia Pando y el cierre de una de las radios en las cuales trabajaba. Llevaron a Humberto Vacaflor a un tribunal ordinario cuando debería de haber sido juzgado por un tribunal de imprenta y el exilio del periodista Carlos Valverde Bravo y el director del Sol de Pando Wilson García Mérida. El apoyo de personajes de la televisión hacia la causa de Facho Zambrana es la clara prueba que somos una sociedad acrítica y que no tenemos la capacidad de ver al peligro cuando lo tenemos muy cerca.



De llegar a tener éxito Facho Zambrana en abrirle al gobierno la puerta grande de la censura de los medios de comunicación, espero que periodistas, presentadores de televisión y demás no vengan con lloriqueos y golpes de pecho suplicando el respeto por la libertad de prensa y libertad de expresión, ya que en su momento no hicieron nada, fueron complacientes y cómplices de la censura.

En caso de que éste artículo vaya en contra del ídolo del pueblo y toque las fibras más sensibles de los bolivianos, ya que creen que es una campaña en bien del futuro de sus hijos y de las próximas generaciones, me declaro enemigo público número uno de la bolivianidad por defender el bien supremo de la libertad.







[*] Politólogo, Subdirector de Gaceta Hoy

jueves, 15 de junio de 2017

La TV Basura vs Fabio Zambrana




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

Bolivia es un país pequeño y subdesarrollado. Es uno de los países más pobres del continente americano y tiene una clase política muy parecida al del resto de América Latina donde lo popular, ordinario y la chabacanería de sus líderes suele ser fuertemente celebrado. Las élites y las clases populares tienen los mismos gustos y comparten el nacionalismo-patriotero exagerado y el folclore. “La idea de grande nos es familiar y común. Las montañas pasman; los ríos son enormes brazos de mar; las llanuras desmesuradas hacen concebir la idea del infinito. Fauna y flora muestran una variedad y riqueza sorprendentes; los sentidos están hechos para percibir lo enorme, lo grandioso; y la imaginación sólo concibe lo mejor y lo perfecto. Poco curiosos, no teniendo al alcance de la vista sino el espectáculo de nosotros mismos, ignoramos el valor de lo demás. Circunscrito el país dentro de sus propias fronteras, sin contacto frecuente con las demás naciones, sólo le interesa la contemplación y la valoración de sus propios medios.”

Las noticias son aburridas, los problemas son los mismos casi siempre. Los espacios informativos televisivos pasan la semana con tres temas centrales: la crónica roja, la crónica rosa y los accidentes de tránsito. El crimen y todo lo que podemos relacionarlo ocupan más del 75% de los informativos; el porcentaje restante es campeado por los accidentes de tránsito los cuales aburren hasta el cansancio, ya que son recurrentes. Cosas como por ejemplo, el exceso de velocidad, el mal uso del cinturón de seguridad o, en el mejor de los casos gente imprudente que al estar delante de un volante decide beber alcohol en exceso y conducir; la crónica rosa también tiene un sector relevante, la farándula tiene sectores generosos que intentan tenernos al borde de nuestras emociones. Los espacios sobre política y deportes son una obligación que no parece interesarles a los productores. Posiblemente, por ser un espacio aburrido y tener a los mismos actores políticos y jugadores de fútbol por más de diez años consecutivos con los mismos problemas y los mismos discursos.

Es raro cuando pasa algo extraordinario (muy divertido) y podemos catalogar de “bomba” la lucha frontal del “Mozart boliviano” Fabio Zambrana contra la TV basura. Los programas televisivos que se dedican a la farándula en Bolivia son escasos el más “grande” y único es “Divinas y famosos”. Es un programa aburrido, largo, con grandes sectores de publicidad y con un par de minutos para adentrarse en el día a día de los “famosos” los cuales son escasos y locales. Los “famosos” que aparecen en el programa de farándula no son conocidos a nivel nacional. Simplemente, son personaje que viven en Santa Cruz de la Sierra y no tienen nada de extraordinario. Los presentadores del programa dedicado al “jet set” tienen divertidas discusiones y puntos de vista al cual más disparatado y cuentan con un periodista que cubre entrevistas sobre “escándalos” de los “famosos”. A nuestro “famoso” cantautor al parecer le molesto el acoso que sufría de parte de éste programa y le declaro la guerra hasta sus últimas consecuencias a la TV basura. Por suerte, Fabio Zambrana vive en Bolivia y no en Argentina, Brasil, México y una infinidad de países donde los programas de farándula proliferan como las moscas y son un negocio muy rentable, ya que no podría resistir el acoso de los medios de comunicación que quieren saber datos insignificantes de sus hábitos diarios.

La pelea contra la TV basura es una lucha perdida. Las televisoras bolivianas son pobres, les resulta más barato importar contenidos malísimos de Perú, México, Brasil, Argentina y Colombia. Los programas que se presentan en horarios estelares son franquicias a cual peor y parecen que cumplen con las expectativas de los televidentes. La paradoja de todo esto es que quien comienza la lucha contra la TV basura se alimentó de esta durante mucho tiempo ya que gran parte de su obra tiene esos estándares.



Para terminar, simplemente voy a citar unas profundas líneas de la obra de Fabio Zambrana que nos ejemplificará la batalla por una “mejor televisión”: “¡que huevada, que huevada, que huevada! ¡Ay, que huevada!”.

GACETAHOY          








[*] Politólogo, Subdirector de Gaceta Hoy 

lunes, 5 de junio de 2017

50 años de planificación urbana en Santa Cruz




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

En la decimoctava Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra gracias a la invitación del arquitecto Fernando Prado Salmón y la “Editorial El País”, en compañía de la periodista Maggy Talavera estuvimos comentando: «50 años de planificación urbana en Santa Cruz. Una narración con enfoque autobiográfico».

Fernando Prado con éste libro tiene una clara intención, que los ciudadanos vuelvan a poner los ojos en la ciudad, ya que todos somos parte de ese organismo vivo que cambia y se modifica constantemente. Las grandes ciudades desde las polis griegas, las ciudades romanas, o las ciudades que fueron cuna del renacimiento llegaron a su esplendor gracias a sus ciudadanos que crearon cada espacio de manera minuciosa y dejaron un legado que hasta ahora podemos disfrutar. Actualmente, Nueva York, Tokio, Londres, Madrid y demás, van modificándose diariamente a una velocidad impresionante donde sus habitantes juegan un papel muy importante, ya que son el reflejo de los espacios públicos; la arquitectura que podemos disfrutar nos muestran los estilos, estética y capacidad económica de sus ciudadanos; y el respeto a la ley que tiene cada uno de nosotros.



La planificación cruceña en el siglo XX tiene su inicio el año 1967, es entonces donde los ciudadanos más allá de la administración del municipio piensan e imaginan la ciudad a futuro. Ejercicio, que es muy usual en cualquier parte del mundo y que se puso en práctica en la capital oriental. Desde la fundación de la ciudad el 26 de febrero de 1561, tras tres traslados se terminó asentándose en el territorio conocido como San Lorenzo Real de la Frontera. Desde entonces sus habitantes tuvieron que dominar el medio ambiente y estructurar los espacios públicos.



Santa Cruz de la Sierra es ahora la capital económica más importante de Bolivia y con un gran crecimiento. Cerca de los dos millones de habitantes, la ciudad cada día se enfrenta a nuevos retos. Los problemas actuales son mencionados por el autor, ya que surgieron en la planificación urbana del año 1985.

Hay que recalcar la labor incansable de Fernando Prado por Santa Cruz de la Sierra, su vida y su trabajo se unen y en éste texto somos testigos de 50 años de labor imparable. Con el CEDURE (Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regional) como director y fundador es actor activo con campañas de educación ciudadana. La planificación que comenzara en 1967 no se detiene, Fernando, sigue trabajando sabiendo que cada día el pueblo al que tanto ama se va convirtiendo en una de las metrópolis importantes del cono sur. Su libro no solamente es un relato de la planificación y su historia, sino también, nos muestra los paradigmas del futuro que todos tendremos que enfrentar, la importancia de la naturaleza que es parte de la capital oriental y del apego que tenemos todos con el espacio público.



El autor en sus páginas nos menciona lo importante que es el interés de los habitantes por la ciudad en la que viven, ya que son los actores principales de los cambios y el orden. Lamentablemente, la apatía de parte de sus habitantes hace que dejen de lado la toma de decisiones importantes y el respeto a la naturaleza. Algo que ocurre en todas las ciudades del país y hace que dejemos estos problemas a los políticos. Ese accionar es un error, ya que el futuro de la ciudad, la educación vial y la cultura es un reflejo de cada uno de nosotros de ese organismo vivo en el cual nos desenvolvemos. Fernando, nos insta a retomar ese papel y que nuestra voz sea escucha. Nuestro futuro es importante y es un peligro dejar nuestro futuro a los políticos.         



[*] Politólogo 

domingo, 30 de abril de 2017

Sobre la reforma a la justicia




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

En “Ensayos sobre la lucidez” de José Saramago la población decide ir al llamado de las urnas y sorprenden no muy gratamente a la élite política y al gobierno, el resultado del conteo de los votos muestra que el 83% son votos en blanco. Las artes y las letras siempre intentan imitar a la vida, es así que en el año 2011 con las primeras elecciones judiciales realizadas en Bolivia los votos en blanco y nulos fueron del 60%. Tras un golpe tan duro a la legitimidad de las autoridades electas; ahora, nos encontramos nuevamente rumbo a unas nuevas elecciones de autoridades judiciales.

Reformar la justicia en un país como Bolivia es un problema más que complicado. Obviamente, no es un problema totalmente boliviano. En México se creó el término “porkycracia” para denunciar los males de la justicia mexicana y la facilidad que tienen de malearla todos los que tienen cierto capital económico. No solamente es el problema de un país, sino, que también es un problema latinoamericano. Tratar de saber cuáles son las bases de nuestros males con uno de los más importantes poderes del Estado tiene sus raíces históricas. En la época colonial se utilizaba con mucha frecuencia un refrán muy popular: al amigo todo, al enemigo la ley. Debemos recordar que en el Archivo General de Indias ubicado en Sevilla gran parte de la documentación son quejas sobre el sistema judicial.

En la primera elección judicial en Bolivia el gobierno del Movimiento Al Socialismo sacó del debate la meritocracia. Vivimos en un “proceso de cambio”, una revolución y todo aquello que es parte del antiguo régimen debe desaparecer. Ya en camino hacia una segunda elección judicial el régimen revolucionario boliviano acude a la meritocracia y así dejar el mal recuerdo de la baja legitimidad de las actuales autoridades judiciales. El gobierno del Presidente Evo Morales se proclama como uno de los más democráticos del mundo, un claro ejemplo, es el exceso del uso de las urnas ya sea para referéndums o elección de autoridades. Para teóricos de la democracia como Sartori o Dahl, para una democracia es nefasto estar siempre practicando el ejercicio del voto, ya que es la estratagema de los demagogos para seguir en el poder. Maquiavelo en “El príncipe” menciona que el príncipe debe crear la ilusión de que el pueblo es el que elije de acuerdo a las opciones que hábilmente el príncipe les da.

El nuevo proceso de elección de autoridades judiciales trae al escenario político boliviano la incapacidad de hacer lo correcto tanto al oficialismo y la oposición. El gobernante Movimiento al Socialismo sabe muy bien que conduce un “proceso de cambio”, una revolución que no hará ningún tipo de miramientos para hacerse con el control total del poder. Las elecciones judiciales son la excusa para dominar el órgano judicial. Efectivamente, como es el caso de las revoluciones de izquierda es necesario ejercer el control de todos los poderes que son parte del Estado para crear al nuevo hombre y dar a conocer al mundo el famoso “vivir bien”.

Los políticos bolivianos y gran parte de su población tenemos una memoria muy generosa con el olvido. En más de diez años el gobierno del MAS cada día demoniza al “neoliberalismo”. Es en ése periodo en 1991 en el gobierno de Paz Zamora que se institucionaliza la Corte Nacional Electoral, donde tanto el congreso nacional como todos los miembros de los partidos políticos de entonces tuvieron la voluntad de hacer lo correcto y dejar de manosear la CNE que estaba en entredicho por el mal manejo de la “banda de los cuatro” al finalizar la década de los 80 del siglo XX. Nombraron a personajes notables de gran trayectoria y a la cabeza de Huáscar Cajías, Alcira Espinoza, Iván Guzmán de Rojas, Jorge Lazarte y Rolando Costas Arduz devolvieron la credibilidad a la CNE.

En un momento tan crucial para la justicia boliviana es imposible ver la sensatez de nuestra clase política que simplemente dedica sus esfuerzos en dar a conocer sus berrinches mediante los medios de comunicación y no es capaz de buscar en nuestra historia reciente soluciones para hacer lo correcto con la justicia boliviana. Ojalá el ejemplo dado en 1991 para institucionalizar el CNE pueda reflejarse con el órgano judicial, sino, todos los intentos serán vanos y retóricos.             



[*] Politólogo