miércoles, 27 de diciembre de 2017

Sobre el conflicto médico y el trabajo parlamentario




Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

En Bolivia el Código del Sistema Penal Boliviano promulgado por el presidente en ejercicio Álvaro García Linera, nos demuestra por un lado: que la revolución comenzada hace más de diez años no tiene frenos, que el debate, el diálogo son cosas del pasado neoliberal y prerevolucionario. Al momento de promulgar el código nos demostró el carácter totalitario del Movimiento Al Socialismo: “las cosas están consumadas he firmado el nuevo código de procedimiento penal, se acabó el debate ya no hay nada más que hacer. Hay que aplicar el Código”; por otro lado, nos demuestra el deficiente trabajo parlamentario, no solamente de la oposición, sino también del oficialismo. Aunque a estos últimos quedan indultados por la historia, debido a que las revoluciones barren con todo lo que tienen en frente, su accionar siempre será desastroso, tal como lo evidencia Walter Benjamin en su Tesis sobre la filosofía de la historia donde el Angelus Novus tiene un parecido similar al ángel de la historia que avanza sin cesar y cuando para y observa para atrás ve el desastre acaecido por su furibundo paso, lo mismo sucede con las revoluciones.

Los médicos en Bolivia se encuentran cerca de los 40 días de paro, debido al artículo 205 del Código del Sistema Penal que criminaliza la profesión de la medicina, los días pasan y radicalizan la protesta, huelgas de hambre y bloqueos de avenidas, calles y carreteras de parte de profesionales en salud se establecen en todo el territorio. Empero, esto no parece molestar en lo más mínimo al gobierno que dio un ultimátum a los dirigentes del Colegio Médico de Bolivia, ya que la salud pública depende del Estado, el gobierno tiene la posibilidad de restituir el servicio a la población a mediados del mes de enero de 2018 con médicos llegados de Cuba y Venezuela. Así minimizar el conflicto y quitar una medida de presión a los galenos. El presidente Evo Morales en vez de realizar una apertura al diálogo mencionó: “No es posible que algunos médicos ya se sientan como confesos en temas de negligencia médica, cuestionar el artículo 205 del Código significa ser confesos en negligencia médica”.

Aunque los médicos tomaron medidas extremas, son habituales y casi parte del acervo del folclore nacional. El conflicto va más allá de los médicos, ya que diferentes colegios de profesionales como el de abogados, los ingenieros y los auditores, junto con el sector del transporte se van plegando a la protesta. Los dirigentes de los profesionales en abogacía mencionan que el código es un homúnculo, que el artículo 205 no solamente criminaliza la práctica médica; sino también, criminaliza todas las profesiones y oficios. El código además criminaliza la protesta en un artículo denominado “atribución de los derechos del pueblo”. De esta forma avanza la revolución democrática y cultural en Bolivia, criminalizando y quitando libertades de todos los ciudadanos que se oponen al régimen.

Lo que nos debe llamar la atención es el nulo trabajo parlamentario, donde nuestros representantes se han olvidado que la Asamblea Legislativa Plurinacional más allá de ser una máquina creadora de leyes (a favor del régimen) es un lugar de debate y diálogo. Ya a mediados del siglo XX, Manuel Rigoberto Paredes en Política Parlamentaria en Bolivia mencionaba: “La ineptitud intelectual constituye en política una gran cualidad” y podemos evidenciarlo en la actualidad. Nuestros legisladores, del oficialismo y la oposición no tienen ningún tipo de sonrojo, ya que al momento de tratar el Código del Sistema Penal Boliviano desconocían sobre la existencia de la bioética y de sus cuatro principios: de autonomía, de beneficencia, de no maleficencia y de justicia. Estos cuatro principios son parte de la profesión médica y son negados por el código creado por nuestros congresistas. Ante su ineptitud, los médicos, los profesionales en diferentes áreas y el gremio del transporte parecen sumarse a las medidas tomadas por los galenos, ya que nuestros representantes fracasaron al realizar su trabajo. Los errores de nuestros parlamentarios, deben encontrar lamentablemente soluciones en las calles.   
   






[*] Politólogo 

martes, 5 de diciembre de 2017

Simulación Democrática



Jorge Roberto Márquez Meruvia[*]

La búsqueda del populismo por el poder total no tiene freno, ni diferencia ideológica, ya que no importa que los gobernantes sean de izquierda o de derecha. El único proyecto que tienen es la toma del poder por el poder. En Bolivia el 28 de noviembre el Tribunal Constitucional Plurinacional dio luz verde a la cuarta reelección de Evo Morales. Para tal decisión el T.C.P. en su fallo menciona la aplicación preferente de la Convención Americana sobre Derechos Humanos por ser una norma más favorable sobre derechos políticos. Declarando inconstitucionales cuatro artículos de la Constitución Política del Estado (156, 168, 285.II y 298) y cuatro artículos de la Ley del Régimen Electoral [64 inc. d), 65 inc. b), 71 inc. c) y 72 inc. b)].

Al gobierno parece no importarle las cuestionantes que plantea dicho fallo: sí un órgano estatal puede declarar la inaplicabilidad de la Constitución Política del Estado, ¿qué norma es realmente aplicable?, ¿cuál es el límite?, ¿dónde queda la seguridad jurídica? Son preguntas que no tendrán eco ni respuesta de los órganos que administran el Estado boliviano. Tras el fallo la ciudadanía encabezada por los jóvenes tomó las calles en protesta por la decisión, ya que el año 2016 un referéndum negó a las altas autoridades del país ir a una futura reelección. Es bajo ése peculiar escenario que el pasado 3 de diciembre se llevó a cabo las elecciones judiciales.

Para la oposición al régimen de Evo Morales las elecciones del 3D tenían el carácter de un plebiscito donde una vez más los bolivianos le dirán no a una cuarta reelección. Empero, más allá de la contundente victoria de los votos nulos las actuales autoridades no parecen preocuparse por la baja legitimidad de los magistrados electos. El 3 de diciembre Bolivia vivió una simulación democrática, el fallo del T. C. P. destruye el Estado de derecho y es la muestra clara de que el Órgano Ejecutivo domina a placer tres de los cuatro órganos que conforman el Estado: el Órgano Ejecutivo, el Órgano Legislativo y el Órgano Judicial. El Órgano Electoral se encuentra supeditado a los tres órganos anteriormente mencionados y puede sufrir una fuerte caída en su credibilidad e independencia sean cuales fueren los resultados de las elecciones judiciales. El mayor perdedor del proceso electoral único en el mundo para la elección de las más altas autoridades judiciales será el Órgano Electoral Plurinacional que tendrá que afrontar las elecciones generales posiblemente siendo mal vista por gran parte de la población.


Simular que aún vivimos en una democracia es la principal arma de los populistas y el Movimiento Al Socialismo partido gobernante lo sabe. Nicolás Maquiavelo mencionaba en El Príncipe que un buen príncipe debe crear las condiciones para que el pueblo crea que toma las decisiones importantes y estos deben elegir entre las opciones que la autoridad al mando les da. Esto es lo que ha ocurrido en Bolivia el 3D. Los postulantes a magistrados fueron elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional donde el partido gobernante tiene los 2/3 en ambas cámaras. Participó el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, desmarcándose únicamente la Universidad Mayor de San Andrés. El C.E.U.B. tenía como fin ver las actitudes académicas y las competencias de los postulantes. El show fue armado e interpretado a la perfección y una vez más la oposición al régimen simplemente hizo acto de presencia frente al avance del Proceso de Cambio. Todos, fueron las fichas que el gobierno las movió magistralmente. Cabe mencionar que el 70% de los postulantes a magistrados fueron funcionarios en distintas instituciones estatales.

El gobierno boliviano demuestra cada vez más sus ambiciones totalitarias y tiene obnubilada a la población con el simulacro democrático y el supuesto Estado de derecho existente. Prefiere que las multitudes salgan a las calles reclamando que cada día que pasa la democracia se encuentra en agonía; mientras las masas toman las calles el gobierno sigue su avance hacia el poder total y el próximo golpe es hacia la libertad de prensa con el Proyecto de Ley N° 414/2017-2018: de Información Responsable. 

          







[*] Politólogo