martes, 26 de enero de 2021

Auge y caída del Movimiento Nacionalista Revolucionario


 

Jorge Roberto Marquez Meruvia[*]

 

“Sistema y proceso ideológico en Bolivia” es un breve ensayo de Luis H. Antezana en el que expone que existe una episteme ideológica que tiene como base el nacionalismo revolucionario (NR), siendo este el operador ideológico el cual es oscilante como un péndulo en el espectro político comunicando sus extremos: el nacionalismo (derecha) y lo revolucionario (izquierda). Comienza su gestación en el periodo de la Guerra del Chaco y se convierte en un discurso hegemónico a partir de la revolución de 1952. A partir de la victoria del MNR en abril el nacionalismo revolucionario es el camino hacia el centro de poder. En el aspecto discursivo nos habla de la alianza de clases, donde todos se encuentran incluidos, pero en la realidad, simplemente instrumentaliza los intereses de las clases dominantes. Los obreros responden al ala izquierda, mientras que el campesinado es el freno cuantitativo de estos primeros y al ser mayoría demuestran su fuerza por medio del voto.

 

Tal escenario descrito por Antezana todavía parece encontrarse vigente y por el momento no existen nuevas condiciones ideológicas, esto no quiere decir que en un futuro sean producidas. El nacionalismo revolucionario es el centro de poder que tiene en su seno lo nacional popular. La radicalidad de los movimientistas en los gobiernos de Germán Bush y Gualberto Villarroel jugaron muy mal a estos gobiernos, sus discursos terminaron por alejarlos del poder y acabar con sus presidentes donde el primero se suicidó y el segundo fue ejecutado por una multitud y colgado en uno de los faroles de la Plaza Murillo. Para las elecciones de 1951 y para llevar a cabo la revolución nacional en 1952 el Movimiento Nacionalista Revolucionario tuvo que controlar a sus extremos radicales y crear un centro de inclusión de todos. Independientemente de los desmanes llevados a cabo por la revolución como los campos de concentración y el control político, los extremos radicales que fueron en un principio controlados comenzaron ganando fuerza en el gobierno de Siles Zuazo en 1956. Con el paso del tiempo y la sed de poder de Paz Estenssoro y sus conmilitones acérrimos el partido que había llevado a cabo la revolución y la modernización al país termina en 1964 con el derrocamiento de Paz por su vicepresidente (Barrientos) y queda proscrito del escenario político hasta 1971.

 

Tras su regreso del exilio en Lima, Víctor Paz Estenssoro apoya el golpe de Banzer del 21 de agosto de 1971. Su participación en el gobierno es de apenas un año y sale al exilio. Paz entendió que las posiciones radicales y personalistas no son apreciadas por gran parte de la población boliviana. Debemos mencionar que los radicalismos internos y el personalismo quebraron al MNR. Sus líderes tomaron caminos diferentes y fundaron sus propios partidos o se dedicaron a la vida sindical.

 

Con el retorno de la democracia en octubre de 1982 la presidencia de Siles fue complicada, se radicalizaron sus aliados miembros de la Unión Democrática y Popular. El Partido Comunista y el Movimiento de Izquierda Revolucionario que eran parte del gobierno le dan la espalda y su radicalización acabó con el gobierno. Quienes aprendieron la lección sobre los conflictos ocasionados al gobierno fue el MIR que renunció al marxismo y que tomó una posición moderada, convirtiéndose así en un partido gravitante en las últimas dos décadas del siglo XX. La crisis económica del gobierno udepista es resuelto por Paz en un gobierno que tuvo que demostrar amplitud y consenso para llevar a cabo las reformas estructurales para reformar el Estado. Hasta ése momento el MNR no perdió su base popular. El DS 21060 abrió Bolivia al mundo y fue Gonzalo Sánchez de Lozada que dio forma al nuevo Estado, la Participación Popular y la Capitalización fueron importantes, pero cometió un error, desde su liderazgo el MNR se convirtió en una clase para sí y dejo de lado su base popular.

 

Al abandonar lo popular el MNR se aleja del centro de poder en el país. Sus dos últimos jefes nacionales (Erick Morón y Luis Siles) son la muestra de la incomprensión de la historia de su partido. ¿Será que los actuales actores políticos del país, aprenderán de los errores del pasado?

 

 

 



[*] Politólogo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario