miércoles, 20 de enero de 2021

Improvisación ciudadana. Radiografía de Comunidad Ciudadana

 


Jorge Roberto Marquez Meruvia*

El 2018 entra en el escenario político nacional el Frente Revolucionario de Izquierda. Partido fundado en 1978 teniendo como líder histórico a Oscar “Motete” Zamora. El FRI fue un partido gravitante en las décadas del 80 y 90 del siglo XX, entre sus hitos importante fue ser parte del “acuerdo patriótico” y miembro de la conocida “megacoalición”. A principios de los años 2000 se fue convirtiendo en un partido regional, ubicado únicamente en Tarija. Realizó un par de acuerdos sin éxito: el primero, el 2014 con Samuel Doria Medina y Rubén Costas para la alianza entre Unidad Nacional y el Movimiento Demócrata Social (Unidad Demócrata); el segundo, apoyar a Carlos Mesa como candidato a la presidencia. En ambos casos perdieron las elecciones.

El FRI es la base de Comunidad Ciudadana, alianza encabezada por Carlos Mesa que perdió dos elecciones consecutivas. Independientemente de las derrotas sufridas el FRI ganó y un ejemplo de esto es el lograr un escaño y ser miembro de la directiva de la Cámara de Diputados de Walter Villagra, Secretario General del partido. Comunidad Ciudadana se ufana de tener superioridad moral por sobre todos los partidos políticos de la actualidad y ser la base de la renovación política. Esto último resulta paradójico, ya que su líder es el mayor de muchos otros jefes de partidos. Mencionan la capacidad de varios de sus integrantes que tienen un capital cultural alto a diferencia de la competencia, pero que recién van aprendiendo sobre el accionar político. Para ellos la realidad no parece ser importante, lo que tiene relevancia es lo que ellos imaginan, o creen cómo deben funcionar las cosas, siendo un ejercicio de todos sus integrantes darlo a conocer en los medios de comunicación. Podemos agregar también, la filantropía con dineros del Estado.

Nicolás Maquiavelo escribía: “Pero siendo mi intención escribir algo útil a quien lo entienda, me ha parecido conveniente ir detrás de la verdad efectiva de la cosa que de la imaginación de ella. Muchos se han imaginado repúblicas y principados que no se han visto jamás ni fueron conocidos en la realidad. Porque está tan lejos el modo como se vive de aquel como se debería vivir, que quien deja aquello que se hace por aquello que debería hacerse aprende antes la ruina que su preservación.” El realismo que describe el florentino es desgarrador y el realismo prevalece antes que las buenas intenciones y los deseos. La realidad no se va modificar por el simple hecho de declararlo al universo y aunque no nos guste lo que vemos, debemos tener la capacidad de aceptar lo que nos rodea.

El problema mayúsculo de Comunidad Ciudadana es no aceptar la realidad y pensar ingenuamente en sus deseos y fantasías. La campaña de Carlos Mesa para la presidencia con la idea del voto útil, pedir bajarse a los demás contendientes y los perfiles de sus candidatos en las elecciones subnacionales son ejemplos de esto, lo ideal ante la realidad. Waldo Albarracín comienza su primer día de candidato mencionando que declinaría su candidatura en caso de no encontrarse en una posición expectante en las encuestas, ojalá cumpla su palabra porque es complicado que se encuentre entre los primeros lugares. Gary Añez parece ser el candidato obligado que tras desconocer la ley 026 del régimen electoral inhabilitó su candidatura horas después de inscribirse. El caso del candidato cruceño y su pelea por seguir en carrera es insostenible, ya que existe precedente. El actual vocero presidencial, Jorge Richter fue candidato a diputado por Cochabamba por Nueva Fuerza Republicana y al momento de inscribirse su nombre todavía figuraba en los créditos del quincenario “Tiempo Político”, siendo inhabilitado, sin contemplaciones.

La política es una profesión y sus actores deben asumirlo así. El no hacerlo es comenzar un camino signado por el fracaso y parece ser el destino tomado por Comunidad Ciudadana.



* Politólogo

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